El enfermero y vecino de Burzaco Eduardo Arellano recibió una importante distinción por parte del Estado Nacional debido a su destacada labor de prevención sanitaria realizado casa por casa y en barrios vulnerables durante la pandemia de coronavirus, su trabajo de dictado de talleres sanitarios y emergencias, entre otras tareas.
La Sindicatura General de la Nación (SIGEN) reconoció la tarea de varios profesionales de la salud e incluyó al enfermero de Burzaco entre los destacados. “A veces uno hace cosas y no se da cuenta de que hay mucha gente que lo está viendo eso. Se destacó el trabajo que hice en barrios de alta vulnerabilidad social donde llevamos operativos de atención primaria, vacunación de calendario nacional a los chicos que no podían salir y no tenían las vacunas del calendario obligatorio, íbamos casa por casa buscamos personas con enfermedades crónica como diabetes”, cuenta Arellano.
“Ser profesional es hacer eso, trabajar con autonomía y por suerte se valoró. La imagen del enfermero va a cambiar cuando nosotros mismo nos demos cuenta de lo importante que somos”, dice quien es conocido por su incansable lucha para que la labor de enfermeras y enfermeros sea reconocida por su verdadero valor en el aporte de la salud, ya que en ciertos lugares como la Ciudad de Buenos Aires esta profesión no es reconocida como profesionales de la salud, aunque suene insólito.
Arellano dicta talleres de salud comunitaria, una materia que define de este modo: “La construcción social de la salud es una política de poder, que da a los ciudadanos la posibilidad de participar de los procesos políticos desde una posición de mayor fortaleza para la defensa de sus derechos”.
“En los talleres de educación en salud se abordan diversas temáticas que otorgan herramientas para poder responder a las demandas de la comunidad: vacunación, embarazo y lactancia, educación sexual integral, salud materno infantil, cuidados del parto y puerperio, cuidados del recién nacido, derecho a la salud, cuidados en edad escolar, consumo problemático de sustancias, enfermedades del verano (diarreas, dengue, otitis, conjuntivitis, insolación, deshidratación), enfermedades del invierno (IRA, bronquiolitis, neumonía), intoxicación por monóxido, lavado de manos, alimentación y hábitos saludables, medio ambiente, prevención de accidentes domésticos en niños, factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipertensión, tabaquismo, obesidad), RCP y Heimlich adultos/bebés”, enumera.
En 2018, la Organización Panamericana de la Salud sugirió que en barrios vulnerables, villas de emergencia y lugares donde el acceso a la atención médica se vea complicado por algún motivo, sean las enfermeras y enfermeros quienes tomen a su cargo las tareas de cuidado de la población: vacunación, controles de embarazo, seguimiento de pacientes crónicos, etcétera. Eso mismo hizo Arellano durante la pandemia. Una labor que, merecidamente, tiene su reconocimiento.