Tras más de seis años de conflicto, el pasado viernes se firmó en la Casa de Justicia de la Municipalidad de Almirante Brown un acuerdo entre la familia de productores agroecológicos Kener-Velázquez, de Ministro Rivadavia, y el empresario inmobiliario Joaquín del Sagrado Corazón de Jesús Somoza, que había realizado varias incursiones violentas para reclamar la posesión.
El convenio estableció los límites del terreno, que será escriturado a nombre de los Kener Velázquez. También contempla la entrega de materiales para reparar los daños ocasionados tras los últimos intentos de desalojo de la familia. Con el fin del conflicto, la familia podrá dedicarse a producir e invertir en el lugar sin temor a que sus posesiones sean destruidas.
Formaron parte del encuentro el subsecretario de Justicia del distrito, Leonardo Olivera, y el titular de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (SAFCI) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luciano Guichet.
“Resultó importante el trabajo del municipio para acercar a las partes y garantizar el reconocimiento de los productores como legítimos dueños de la tierra. Tras la rúbrica, el acuerdo fue refrendado ante escribano público”, dijeron desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena – Vía Campesina (MNCI VC), que apoyó a la familia en la lucha por sus tierras.
Los Kener Velázquez viven en el lugar, ubicado en avenida San Zeballos al 500 de Ministro Rivadavia, en la zona rural de Almirante Brown, desde 1979. Producen verduras, cerdos, huevos y corderos de forma artesanal, entre otros alimentos, que se comercializan en las zonas de influencia y a través de distintos canales de nodos autogestivos. Allí también funciona una unidad productiva del MNCI VC – UTEP, donde trabajan más de 30 familias en la producción de hortalizas y animales de granja.
Cronología de un conflicto
El conflicto con Somoza surgió en 2014, cuando usurpó el campo por primera vez. Gracias a la solidaridad popular y la lucha colectiva, los Kener Velázquez pudieron permanecer en su hogar y seguir trabajando la tierra. La Justicia también le dio la razón a la familia, tras una sentencia que quedó firme en 2018. Sin embargo, Somoza siguió actuando con una impunidad evidente y sorprendente.
El 22 de abril, tras la última intrusión violenta de Somoza junto a 30 hombres armados con palos y machetes y tres topadoras, se montó la “Carpa por la Tierra y la Dignidad”, que se sostuvo por varios meses hasta que avanzaron las negociaciones para llegar a un acuerdo.
El Movimiento Nacional Campesino Indígena – Vía Campesina explicó que “en la Argentina, la problemática de la tenencia de la tierra golpea fuerte a productoras y productores de la agricultura familiar campesino-indígena. Estas acciones son perpetradas por empresarios mediante el uso de su propia fuerza o a través del Poder Judicial, para modificar el uso de las tierras de las comunidades campesinas. Eso obliga a esta población al desplazamiento y desarraigo de sus territorios, problemática que se agravó desde 2020, a pesar de la crisis socio sanitaria”.