Hoy, 10 de agosto, Longchamps cumple un nuevo aniversario. La localidad de Almirante Brown que es cuna de la aviación sudamericana y tiene su propio obelisco celebra 111 años.
Su historia
La localidad de Almirante Brown debe su denominación al hipódromo de Longchamps, ubicado en París, Francia, en el que la Sociedad Hípica de Lomas de Zamora se inspiró cuando se habilitó la pista de carreras de caballos que estaba emplazada entre las actuales calles Bolívar, Av. Longchamps, Los Studs y Sarmiento.
Con la instalación del hipódromo, y debido a la afluencia de público en el sector, se instaló -con terrenos donados- una nueva estación del ferrocarril, el 10 de agosto de 1910, fecha que es reconocida hoy como el nacimiento de la ciudad.
Un hecho muy desafortunado se da luego de la cuarta carrera del 13 de Febrero de 1913, en circunstancias poco claras, un grupo de asistentes logran destruir el Hipódromo. Las teorías sobre las razones que supuestamente tuvieron los agresores van desde un fallo polémico de dicha carrera a una acción organizada de una facción política en contra de otra entre los miembros del directorio del Lomas Jockey Club.
La compañía “Sociedad Emilio Burgwardt” cubría con un seguro dichas instalaciones y respondió a fin de la reconstrucción, entonces esa compañía compró las tierras del Hipódromo, ante la decisión del Lomas Jockey Club de construir otras instalaciones pero en Temperley.
Cuna de la Aviación Sudamericana
A Longchamps se lo conoce como la “cuna de la aviación sudamericana”, por el histórico vuelo que el piloto Henry Bregi realizó el 6 de febrero de 1910, también en el hipódromo de la zona. En aquella hazaña el joven de 21 años recorrió seis kilómetros con su avión “Voisín”, alcanzando 60 metros de altura y llegando a una velocidad de 40 kilómetros por hora, un hecho que fue homologado oficialmente por el Aeroclub Argentino como el primer vuelo motorizado de Sudamérica.
Obelisco
Uno de los orgullos que ostentan los vecinos de Longchamps es que tienen su propio obelisco. La tradición dicen que debido a la elevada altitud de la localidad del sur, este obelisco, de sólo tres metros de altura, llega a la misma altura sobre el nivel del mar que el que está emplazado en la calle 9 de Julio y Corrientes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La leyenda, que se trasmite de generación en generación, cuenta que si imaginariamente, tendiésemos un hilo de la punta del obelisco de la Capital Federal a la punta del de Longchamps comprobaríamos que está a un mismo nivel.