Con un antecedente de pintadas amenazantes que ocurrieron de madrugada en el estadio de San Martín de Burzaco y con una avioneta de aliento girando sobre la cancha del local, Claypole derrotó a Sanma 2 a 1 por la fecha 14 de la Primera C, en un juego caracterizado por el ímpetu pero jugado sin malas intenciones ni violencia, a pesar del prólogo amenazante.
Hacía siete años que Sanma y Claypole no se encontraban en una cancha. Claypole llevaba seis juegos sin victorias y ganó por primera vez de local tras lograr el ascenso a la Primera C para sumar su segundo triunfo en el campeonato.
Se veían dos ideas bien distintas desde el inicio del partido: mientras Sanma quería poner la pelota contra un piso en muy mal estado y corregido con una gran cantidad de arena, Claypole apelaba al pizzarón de su DT Roque Drago en las pelotas paradas
Giménez hizo una jugada hermosa a los 15. Adentro del área y por la derecha, se sacó un defensor de encima en una baldosa y le dio fuerte al primer palo cuando la jugada pedía centro atrás para el toque al fondo del arco. Claypole era más profundo, aunque no tenía tanto la pelota.
El doble 5 de Sanma no hizo un partido trabado, sino luchado, en el cual el local se hizo de la pelota con el correr de los minutos. Y fue Claypole quien empezó ganando a los 17 minutos de la primera mitad por una genialidad de Juan Cruz Iglesias, presión mediante por la izquierda de Giménez que guapeó, ganó el balón y tiró el centro atrás para el toque goleador de 10 del Tambero.
A los 25 minutos lo tuvo de tiro libre Sanma, tras un foul de Giménez a Chiapparo, que el propio Chiapparo se cobró tirándola apenas por arriba del travesaño. Luego de eso el partido se cayó a un pozo. Como metáfora, empezó a llover. Y se jugó como quería Claypole, que esperaba una contra para aumentar la diferencia. No la tuvo y así se fue esa primera mitad.
El segundo tiempo parecía no ofrecer demasiados cambios hasta que a los 9 minutos, Ian Pezzani entró como una locomotora y hundió la pelota en el fondo del arco del Ruso Scurnik, tras un rebote del arquero por un tiro de Giménez.
Y enseguida Claypole fue por más ante una defensa, la de Sanma, que se complicada y obligada a Scurnik a salir más de la cuenta. A los 13 Benja Giménez entró por el medio a tocar un centro desde la izquierda y milagrosamente no fue el tercero. Sanma estaba groggi.
Con la bandera del sacrificio de Chiapparo, con Nuñez pivoteando, con Gianunzzio tratando de reconquistar la pelota, con Leszuck tratando de llegar por la banda izquierda, Sanma fue, con un Acevedo que no se mostraba y con una cancha que empezó a cargarse de agua y a mostrarse pesada.
A los 21 minutos acortó las distancias Lautaro Nuñez, en la boca del arco, en el mejor momento de San Martín en el partido, cuando ya era casi imposible jugar por abajo. Ambos se arrimaron pero casi sin peligro y se trataba más del error ajeno que de la virtud propia, sobre todo por el estado del campo.
Lo tuvo a los 45 Sanma, con un disparo desde la medialuna que contuvo Alegre y sobre el final pudo estirar Claypole de contra cuando el Azul fue con todo por la igualdad.