Pablo Vicó, entrenador del flamante campeón de la Primera B, hizo un análisis de la gran campaña que realizó su equipo para lograr el título y el ascenso al Nacional B. Además, describió sus sensaciones con respecto al duro golpe que fue la pérdida de su hijo al comienzo de la temporada: “Se me mezclan muchas cosas. Tengo un lío en la cabeza, me confundo la alegría con la tristeza”
Sin dudas, uno de los máximos responsables del campeonato y ascenso para Brown estuvo sentado en el banco. Y no sólo fue precisamente Juan Manuel García, quien ingreso desde atrás de la línea de cal en el segundo timepo del partido definitorio frente al Deportivo Moorón para convertir en la última jugada del partido y desatar la locura. Lo pudo haber sido, en parte, porque el verdadero artífice fue Pablo Vicó: entrenador que viene sosteniendo un proyecto desde hace más de 7 años que no paró de cocechar logras para una institución humilde, que encontró en su trabajo de hormiga el pilar fundamental para su crecimiento.
El entrenador Tricolor, no sólo aportó trabajo y sabiduría sino que fue clave para transmitir tranquilidad en un momento donde las cosas parecía que se complicaban. “Estaba tranquilo, pero la procesión y la ansiedad van por dentro. Es tanta la confianza que yo le tengo a este grupo que estaba seguro de que iban a ir por todo para lograr el objetivo, aunque fuera la última jugada. Y así fue. Este plantel nos dio muchísimas cosas y el gran éxito de todo esto es la calidad que se consiguió en el grupo. Si no formás eso, es difícil encontrar los objetivos”, afirmó el bigotón al diario Clarín unos días después de lograr la hazaña.
Sin dudas que la especial relación, basada en la confianza y respecto hacia sus dirigidos fue clave para mantener el grupo unido en pos del objetivo que era volver al Nacional B, luego de experiencia que fue transitar por esa categoría durante el 2013 y haber descendido de forma increíble. Pero ese optimismo que lo caracterizó frente a su grupo de jugadores lo transmitió en momento clave del torneo, como la definición del mismo: “Sabía que en esa última pelota íbamos a tener la chance. Me podrás decir que es mentira, pero te lo juro. Sabía que iban a ir por todo para conseguir el ascenso”.
Con la tranquilidad de haber vuelto a la segunda categoría del futbol argentino, el entrenador comienza a empezar a disfrutar del presente. Pocos se lo imaginan lejos de Brown, el equipo de sus amores y del que el entrenador se encarga siempre de afirmar que “es mi lugar en el mundo”. Sin embargo, habrá que ver si luego de está hazaña se despierta el interés de instituciones de primera por hacerse de los servicios del bigotón, algo que podría llegar a ser del interés del entrenador y que desde la dirigencia ya hán manifestado que a modo de agradecimiento no pondrían reparos en permitirle que dirija en primera: “Nos vamos a tomar unos días para descansar y poner los pies sobre la tierra. La prioridad es Brown, pero después charlaremos con la comisión y se verá si lo que nos proponen es interesante. Si nos quedamos, nuestra idea no es formar un equipo para descender en seis meses, sino buscar algo competitivo, de acuerdo a nuestro presupuesto austero”, vaticinó Vicó con respecto a su futuro.
Consultado, justamente por sus expectativas para dirigir primera, el Flaco sostuvo: “Conmigo nadie se comunicó, sólo hubo comentarios. Para irme de Brown tiene que haber un proyecto serio detrás. Si es un equipo de Primera, mucho mejor. En ese caso no creo que los dirigentes digan algo, incluso se tendrían que sentir orgullosos de que su cuerpo técnico pueda tener una oportunidad en Primera División. Hasta ahora no tuve esa suerte”.
De todas maneras, y a pesar de no tener definida del todo su continuidad en la institución, Vicó va desculando cómo será la próxima temporada del equipo de Adrogué en la B Nacional. “No quiero que nadie se ofenda, pero la B Nacional del 2013 era súper competitiva. Había equipos de mucha calidad como Unión, Huracán, Independiente, Banfield, Talleres. Daban miedo hasta los nombres. Hicimos 50 puntos y descendimos por un punto en los últimos cinco minutos, lo cual no es poca cosa. Brown demostró estar a la altura de las circunstancias y jugamos de igual a igual en cada cancha. Creo que esta B Nacional, que tiene muchos equipos que subieron desde el Argentino A, es un poco menos competitiva. Eso nos puede llegar a ayudar para pelear y no descender. Después, si se dan los resultados y si el equipo demuestra más ambición, ojalá podamos lograr otro ascenso más”.
La inmensa felicidad de haber hecho historia (una vez más) con Brown en el interior del entrnador contrastó con la terrible pérdida de su hijo a comienzo de la temporada, que falleció luego de que unos delincuentes que se fugaban en un auto chocaran contra su camioneta. “Se me mezclan muchas cosas. Tengo un lío en la cabeza, me confundo la alegría con la tristeza”, sin embargo, el fútbol le devolvió al menos una sonrisa que se extiende a todo el barrio de Adrogué.