El 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales en conmemoración al convenio que hace 50 años se firmó en Ramsar, Irán, y al que Argentina se sumó hace 30 años. Este acuerdo reconoció por primera vez estos ecosistemas como esenciales para la vida en el planeta y busca generar un compromiso por parte de los países para protegerlos y conservarlos.
Los humedales son ecosistemas reconocidos por su riqueza, proveen recursos para actividades productivas y turísticas, son mitigadores de los efectos del cambio climático y minimizan incendios, inundaciones y sequías y, sobre todo, son la fuente de agua dulce para consumo. En Argentina los humedales representan el 22% del territorio nacional.
Los graves incendios y sequias que se registraron el país en las últimos tiempos reactivaron el debate sobre la necesidad de una ley de humedales. Alrededor de 300 mil hectáreas fueron devoradas por incendios que se prolongaron por meses debido al uso no regulado de los humedales. “Por lo tanto, frenar su degradación es un desafío urgente ya no sólo por la pérdida de la biodiversidad sino por nuestra supervivencia”, asegura a Telam la especialista Laura Dodyk al tiempo que reclama una “ley de Humedales con los presupuestos mínimos para la conservación, restauración y uso sostenible de los humedales y de los servicios ecosistémicos que éstos brindan a la sociedad”.
En la Argentina hay 23 humedales de Importancia Internacional que alcanzan una superficie total de 5.687.651 hectáreas. Ocho de estos sitios están vinculados con áreas protegidas bajo la jurisdicción de la Administración de Parques Nacionales (APN): Pre-Delta, Islas de Santa Fe, Laguna Blanca, El Palmar, Río Pilcomayo, Ciervo de los Pantanos e Iberá y el Monumento Natural Laguna de los Pozuelos.
En 2018, la Argentina sumó seis nuevas áreas naturales protegidas a la jurisdicción de Parques Nacionales, alcanzándose así un récord histórico al superar la cifra del año 1937 -cuando se habían creado cinco Parques Nacionales- y duplicando la superficie total protegida a nivel nacional.
El poder legislativo comenzó a trabajar en iniciativas tendientes a protegerlos. En el 2020 se aprobó la Ley de Manejo del Fuego que protege los ecosistemas de los incendios accidentales o intencionales y prohíbe la venta de terrenos incendiados en plazos de entre 30 y 60 años para evitar prácticas especulativas y emprendimientos inmobiliarios pero todavia falta la sanción de una Ley de Humedales, una deuda en especial para las generaciones futuras.