Tomás Pozzo tiene 20 años y este año se convirtió en parte del plantel profesional de primera división de Independiente. Nacido y criado en Longchamps, “Toto” terminó sus estudios en el Colegio Latinoamericano de Burzaco, donde conserva un gran grupo de amigos que lo sigue en su carrera futbolística.
“Fue una sensación única. Vengo buscando esto desde que tengo cinco años y pateé la primera pelota“, cuenta Toto, quien debutó con el número 35 en su espalda. “Con mucha alegría. Debutar en un equipo tan grande como lo es Independiente fue una sensación verdaderamente muy linda“.
“Entré con muchas ganas y obviamente con mucha concentración. Siempre sabiendo lo que uno tiene que hacer“, afirma Pozzo en diálogo con Brown On Line y agrega: “Me tocó entrar con un rival complicado, un equipo de ascenso, que pelea mucho y el partido estaba muy trabado“.
El pibe de 20 años debutó ante Club Atlético Central Córdoba de Santiago del Estero en un partido que terminó 0 a 0 con un desarrollo muy trabado y poco juego. El dt del Rojo, Lucas Pusineri, hizo debutar a una decena de pibes de las inferiores que, como Tomás, vienen desarrollando un largo camino en inferiores.
Toto jugó al baby en el Club Atlético Calzada y Alma Fuerte de Montegrande. Inició en cancha de 11 en el Club Atlético Banfield y a los 14 se incorporó al club de Avellaneda con el cual firmó su primer contrato profesional.
“La familia cumple un rol fundamental en la carrera de cualquier profesional del deporte. El fútbol me dio contención, trabajo y amigos. Es un camino en donde desde chico tenes que dejar de lado muchas vivencias, como cumpleaños de 15, viaje de egresados”, explica el joven de Longchamps.
Para Pozzo, en el fútbol “lo más importante son las amistades que te deja, las enseñanzas. Convivir dentro de un grupo, respetar normas. El fútbol le da oportunidades a chicos que tal vez no pudieron estudiar ni tener un hogar digno“.