A los 36 años, Javier Mascherano anunció hoy su retiro del fútbol tras la derrota de su equipo Estudiantes ante Argentinos Juniors y dijo que fue una decisión meditada “porque sentía que ya no podía”.
Mascherano, un “cinco” a la antigua, metedor y estratega, que ganó todo con Barcelona jugando como zaguero central, pero sin abandonar jamás esa esencia con la cual se destacó en el seleccionado argentino dándole el último rasgo de personalidad que se vio a alguien con la celeste y blanca dentro de una generación que no pudo alzar copa alguna.
Por empuje e inteligencia, por dedicación, por compromiso, por lo que significaba dentro del grupo, Masche recibió, por garra, el mimo de Diego Maradona en el Mundial de Sudáfrica 2010 por aquello de “Mascherano y 10 más” que enojó a algunos que imaginaban que esa frase debía haber sido para Lionel Messi.
Nació el 8 de junio de 1984 y ostenta un récord: ganó dos medallas de oro en Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008). Cosechó también cuatro subcampeonatos de Copa América, jugó en Liverpool y Barcelona después, donde llegó a la cúspide de su carrera ganando todo lo que se le cruzó por delante, Champions League, Mundial de Clubes, Supercopas de Europa, de España, del Rey y liga española.
Su recorrido desde Renato Cesarini, esa cantera inagotable de futbolistas rosarinos, hasta este domingo en Estudiantes de La Plata, tuvo en el medio al también inglés West Ham, el brasileño Corinthians y el Hebei Fortune chino en el exterior, y por supuesto River Plate, donde inició su camino hacia la cima.
“Mascherano fue el mejor fichaje de Barcelona de los últimos años”, lo elogió nada menos que “Pep” Guardiola a finales de ese mágico 2012, cuando el conjunto catalán trepaba al pináculo de la gloria y se transformaba, para muchos, hasta por ejemplo César Luis Menotti, como “el mejor equipo de la historia”. Y en esa lisonja genuina el “Flaco” hasta incluía al mítico “Brasil del 70”.
Y allí estaba él, formando parte fundamental de ese equipo, tal como lo siguió reflejando Guardiola al decir que “para Barcelona, contar con Mascherano no tiene precio”. Y mientras tanto, la selección argentina.
Subcampeón Sudamericano Sub 17; Campeón Sudamericano Sub 20; cuatro Mundiales con la mayor: Alemania 2006, Sudáfrica 2010, el mencionado Brasil 2014 y Rusia 2018.
Su inolvidable quite al holandés Arjen Robben en la semifinal de ese mundial brasileño de 2014 fue como un título nobiliario para él, como un rato después una frase “maradoniana” dirigida a su compañero de equipo, el arquero Sergio “Chiquito” Romero, antes de la definición de ese encuentro por tiros penales: “Hoy te convertís en héroe”, le vaticinó. Y acertó.
“En la cancha soy un soldado que va dispuesto a morir. He superado muchos de los sueños que tenía de chico. Nunca pensé que iba a llegar a esto”, había dicho alguna vez haciendo un balance de su carrera.
Después de 644 partidos en clubes y 147 en la selección mayor argentina, la mejor definición sobre Macherano la ofreció el primer técnico que lo llevó al seleccionado nacional adulto cuando todavía no había debutado en la primera de River: Alfio Basile. “Mascherano llegó hasta donde llegó por su cabeza más que por pies”, lo “clasificó” el “Coco”.