Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Lanús y el CONICET indagó sobre el escenario actual del personal doméstico compuesto en su mayoría por mujeres de los sectores populares. Las tareas domésticas, según la investigadora de la UNLA, ocupan más del 2% del empleo mundial total. En 2016 representaba casi el 6% del total de ocupados del país y el 12.5% de las mujeres ocupadas. También, el 16% de las mujeres asalariadas en toda Argentina.
“No es casual que este trabajo feminizado, precario, sin prestigio, a veces no esté ni catalogado como tareas de trabajo. Muchas veces se dice ‘la chica que me ayuda’, y no es una ayuda, esa persona está trabajando”, explica Hernán Palermo, investigador del Conicet, en una nota a Cosecha Roja.
En 2013 Argentina sancionó la Ley 26.844 para regular los contratos de trabajo del sector y reconocer derechos. Actualmente más del 70% de las empleadas domésticas no están registradas. La realidad de la pandemia profundizó la precarización y la reducción de este empleo que enfrenta históricamente una batalla por la visibilidad.
El Ministerio de Trabajo de la nación indicó hace dos semanas que en los primeros 4 meses del 2020 el personal doméstico registrado bajó de 497.700 a 477.000, es decir, 20.700 empleos registrados menos. Hablamos de ilegalidad y también de desempleo.
Según la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC de este año son 877.583 personas las que componen al sector del servicio doméstico, siendo que la tasa de feminización de esta rama llega al 96,5%, es decir, una de cada 6 ocupadas trabaja limpiando casas particulares asalariadamente.
En el mismo informe de este año se detalla que un 72,4% no percibe aporte jubilatorio, un 69,2% no percibe vacaciones pagas, un 68% no recibe aguinaldos, un 72% no percibe el pago en caso de enfermedad, y un 72,6% no cuenta con obra social.