Las 24 jurisdicciones del país aprobaron los protocolos para la vuelta a las clases presenciales con un sistema “bimodal” que alternará la enseñanza presencial y a distancia y dos nuevos modelos de aula que plantearán la división de alumnos por grupos o el “aula burbuja” lo cual quiebra el formato tradicional vigente desde principios del siglo pasado.
La aprobación de estos protocolos se realizó en forma unánime en el marco de la 97 Asamblea del Consejo Federal de Educación (CFE) y consisten en una serie de pautas que todas las provincias deberán seguir para abrir sus escuelas siguiendo criterios epidemiológicos y en orden a la disminución de los contagios del coronavirus.
El ministro de Educación Nicolás Trotta, que presidió la reunión, afirmó que “la realidad de la circulación del Covid-19 en el país es muy diversa, por eso sostenemos la importancia de la construcción de consensos ayudando a contener y derribar los lógicos temores que pueden tener nuestras familias, docentes y estudiantes”.
El ministro destacó, además que luego de priorizarse cuestiones vinculadas a la seguridad e higiene de los colegios y de cada uno de los actores educativos se avanzó en la capacitación de docentes y no docentes y en la preparación de los estudiantes y sus familias para esta “nueva normalidad de las aulas”.
Las clases en la modalidad virtual y en la presencial seguirán vigentes en forma simultánea y serán las autoridades educativas de cada provincia y de cada escuela los que determinarán el aprendizaje de contenidos a distancia y la incorporación paulatina de grados en función de la evolución epidemiológica de la pandemia.
Además se propone “dar prioridad al ingreso de aquellos alumnos que estén en el último año de la escuela secundaria y del nivel primario”. Yestablece que cada provincia determine un nuevo modelo de aula a fin de garantizar el espacio físico de 1,5 metros de distancia entre los alumnos y el docente.
En este sentido cada escuela podrá optar por dividir a los alumnos de cada grado o año por grupos, alternando la presencialidad con la enseñanza virtual, o disponer de una “aula burbuja” en la cual el docente se sitúe en el centro y los alumnos agrupados hacia los costados o en su defecto en zig-zag con el escritorio del docente en uno de los extremos.
Esta nueva forma de disposición de los alumnos en las aulas rompe el formato tradicional de los pupitres colocados en fila que imperaba en la escuela desde principios del siglo pasado.
En cuanto a los ingresos, los mismos serán escalonados según el criterio de cada director y en función del transporte.
Respecto a este punto, cada escuela deberá organizar el ingreso de los alumnos por fuera de los horarios pico del transporte, por lo que la jornada escolar será reducida, al tiempo que se evitará que en el transporte se crucen alumnos de primario y del secundario.