Marcos Esteban Bazán, el dueño de la casa donde se cree que Anahí Benítez fue retenida, drogada, violada y estrangulada en 2017, fue condenado hoy a prisión perpetua por el femicidio de la adolescente de 16 años cometido en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora, que la semana pasada ya había anunciado su veredicto condenatorio, dio a conocer hoy la sentencia en la que consideró a Bazán como coautor de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género” (femicidio) y como partícipe necesario de un “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
La lectura de la sentencia se conoció un día antes de la marcha “Ni Una Menos” y fue trasmitida por la plataformas virtuales, tal como sucedió en las últimas audiencias que se reanudaron tras un parate de 57 días por la cuarentena del coronavirus, y el imputado siguió el juicio por videoconferencia desde la Unidad 9 de La Plata.
Marcelo Sergio Villalba, quien había sido acusado de “robo, abuso sexual agravado por acceso carnal” dejo de ser juzgado en la causa por considerar que posee un estado “psicótico”. Continúa internado en un hospital psiquiátrico.
El debate se inició en febrero con otro imputado en el banquillo de los acusados, Marcelo Sergio Villalba, cuyo ADN fue hallado en el cuerpo de la víctima, pero este hombre dejó de ser juzgado en la segunda audiencia porque se concluyó que era un “psicótico” que no estaba en condiciones de estar en el juicio.
El fiscal Hugo Carrión afirmó que Anahí fue “torturada y cosificada” y pidió para Bazán la pena de prisión perpetua como coautor, o en su defecto partícipe necesario, de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género” (femicidio) y como partícipe necesario de un “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
Más allá de que ya no estaba siendo juzgado, el fiscal también se refirió a Villalba -quien tiene una condena por un abuso en Capital Federal-, como autor de la violación de Anahí y coautor del crimen y recordó que el celular de la víctima se halló en poder de uno de sus hijos.
Como prueba clave contra el condenado, Carrión mencionó el olfato del conocido perro rastreador Bruno, de la brigada canina de Escobar, a quien definió como “el detector de femicidas”. Según el fiscal, el can detectó el rastro odorífero de Anahí dentro de su casa y la presencia del propio imputado en la fosa donde se halló el cadáver de la víctima, a 235 metros de su vivienda.
Otros indicios fueron una tijera secuestrada en la casa de Bazán que la chica solía tener en un morral, una llave que Anahí solía colgarse en el cuello y que se comprobó que abría la puerta del domicilio del imputado y una pala del acusado con tierra similar a la del sitio donde fue enterrado el cuerpo.
La hipótesis de la fiscalía es que Anahí conocía a Bazán por el interés que ambos tenían por la naturaleza y por sus inclinaciones artísticas y que, en ese contexto, el imputado la secuestró, la retuvo en su casa, la drogó con “burundanga” y ahí fue violada por Villalba. Para los investigadores, luego de ello y al ver la búsqueda policial que se desarrollaba por la joven, los acusados decidieron asesinarla para ocultar los delitos que habían cometido.
La querella también solicitó la prisión perpetua para Bazán, mientras que la defensa de Bazán, a cargo de los abogdos de la Asociación Gremial de Abogados Rosario Fernández y Eduardo Soares, insistó con la inocencia del hombre y afirmaron que con este juicio “se protege a la policía”. Sostienen que en el femicidio está vinculado Damián Lozano, entonces jefe del distrito Lomas de Zamora Norte de la Bonaerense, quien fue detenido cuatro meses despúes del crimen tras la investigación por narcotráfico y trata que operaba en el barrio Parque Barón, donde vivía Anahí.
Anahí fue vista por última vez el 29 de julio de 2017 cuando salió de su casa de Parque Barón, en Lomas de Zamora, para dar un paseo y el 4 de agosto su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina.
La autopsia determinó que fue estrangulada, que le habían suministrado drogas y que en esas condiciones había sido abusada.