Los 30 trabajadoras y trabajadores del restó-bar que está dentro del Bingo Adrogué salieron a denunciar que los dueños del lugar, Daniel Prieto y Diego Enrique Díaz, les adeudan el mes de marzo completo y harán lo propio con abril.
Los trabajadores notificaron hace 15 días a los socios gerentes de Katering S.A. mediante cartas documento sobre la irregularidad, pero nadie les respondió. Prieto, ex presidente de la Cámara de Cafés y Bares de la Ciudad de Buenos Aires y actual vicepresidente segundo de esa institución, gerencia junto con Díaz -cara visible, el bar que el bingo de Adrogué concesionó en 2011.
“Enviamos a través del gremio una carta documento y la empresa no respondió y por correo electrónico se notificó al Ministerio de Trabajo sobre la situación”, cuenta a Brown On Line la delegada gremial, Jessica.
El gremio de gastronómicos, encabezado por Luis Barrionuevo, está motorizando el pago de la ayuda salarial para tratar de que los empleados logren cobrar aunque sea la mitad del salarios, que paga el gobierno nacional a las empresas con menos de 800 empleados.
“No tenemos la posibilidad de ejercer ninguna medida de fuerza, porque el bingo está cerrado y hay cuarentena y no se puede hacer ninguna acción gremial más allá de lo legal”, dice la delegada.
“No dan la cara”
“Jamás salieron a dar la cara. Encima se aprovechan porque durante la cuarentena no se puede hacer nada. El Ministerio de Trabajo está cerrado. Es desesperante. Yo soy el sostén de mi casa y muchos de mis compañeros lo son”, contó una de las empleadas a Brown On Line.
“Nosotros estamos por salir y romper la cuarentena a reclamar lo nuestro porque nadie nos da una respuesta. Somos 30 familias. Y tenemos que esperar si entramos en el 50% de emergencia porque no sabemos si la empresa cumplía con la AFIP y estaba al día”, dijeron.
“Sabemos que esto viene para largo porque no va ser fácil para nadie, y mientras tanto ¿quien nos ayuda a nosotros? No recibimos ayuda porque estamos en blanco. Nos quedamos en casa, pero ¿quien le da de comer a mis hijas y a los hijos de mis compañeros?”, dijo la trabajadora del bar.
“Es la primera vez en mi vida que no pude pagar las cuentas: tarjetas, luz, teléfono. Realmente estoy muy mal, no duermo”, contó la empleada.