Un mes después de tomar una medida drástica y audaz, el presidente Alberto Fernández evalúa en forma satisfactoria las medidas sanitarias que ya lograron aplanar la curva de contagios como así también las decisiones económicas adoptadas para amortiguar el impacto de la crisis, mientras se prepara para continuar con un aislamiento “administrado” para tratar de eludir un pico de infecciones, que ahora se estima para junio, y evitar así el colapso de los hospitales.
Al día de hoy el país registra 136 muertos por Covid 19, sobre 2941 personas contagiadas.La secretaria de Acceso a la Salud detalló que hasta ahora se realizaron 34.568 testeos en 142 laboratorios públicos y privados.
“Nuestra política funciona”, remarca Fernández, y diferencia las medidas adoptadas por Argentina -con la declaración de una cuarentena temprana, de la que hoy se cumple un mes- respecto de países como Estados Unidos, Italia y España, que implementaron el aislamiento cuando la enfermedad “ya se había lanzado” sobre la población y ahora registran un pico de muertes.
El jefe de Estado viene remarcando en sus últimas apariciones públicas que esos países “no hicieron la cuarentena con la dureza” con que la planteó Argentina, en referencia a que tempranamente se mandó a la población a recluirse en sus casas, se suspendieron las clases y todas las actividades laborales, salvo las esenciales que cumplen médicos, enfermeros y policías, entre otras.
Por eso, Fernández insiste en que la “experiencia argentina” -como llama a su plan- “está rindiendo frutos”, aunque pide reiteradamente que no haya triunfalismos porque aún “estamos lejos de cantar victoria” y recuerda que los expertos infectólogos dicen que ahora el pico se trasladó a junio, lo que permite dar más tiempo a la organización de la red sanitaria.
En la intimidad de Olivos, sostiene que gran parte del éxito se debe a la cuarentena “temprana” y el haber convencido a los argentinos de que -de un día para otro- debían quedarse en sus casas.
Alberto, en el centro de la comunicación
En los 30 días de aislamiento obligatorio, social y preventivo -iniciado el 20 de marzo-, el jefe de Estado decidió ocupar la centralidad de la comunicación de sus decisiones para afrontar la emergencia y se ocupó de transmitir, a través de numerosas entrevistas en los medios, el porqué de la necesidad de permanecer en los hogares, y cumplir a rajatabla con las medidas de higiene y el distanciamiento social.
Para convencer a la población, el jefe de Estado hizo uso de todo su bagaje de recursos de comunicador que adquirió en su trayectoria política, especialmente cuando fue jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y Cristina Fernández entre 2003 y 2008, y también de su experiencia como profesor de Derecho Penal en la UBA, como se lo vio al anunciar en la residencia de Olivos la actual fase de cuarentena, munido de gráficos estadísticos.
Trabajo en conjunto
Una pata importante en la política que desplegó Fernández es que convocó a trabajar en conjunto a todos los gobernadores: personalmente o a través del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, el Presidente mantiene contacto permanente con los jefes políticos de los 24 distritos, a quienes tiene informados del día a día en la toma de medidas de la Casa Rosada y hay un ‘feed back’ constante; especialmente con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, los mandatarios de los dos distritos que concentran la mayor cantidad de casos.
Lo mismo hace con los intendentes, especialmente del Gran Buenos Aires- el área de mayor virulencia de la enfermedad-, con los cuales dialoga vía videoconferencia, telefónica y también en forma personal.