El presidente de la Nación, Alberto Fernández, decretó hace momentos la cuarentena total en todo el país hasta el 31 de marzo. La medida impide circular libremente por las calles, salvo para actividades esenciales como empleados de áreas de seguridad, salud, empleados del rubro de la alimentación. “A partir de este momento, todos tiene que quedarse en su casa”, dijo Alberto.
Las policías provinciales y las nacionales serán las encargadas de hacer cumplir la medida. “Podrán salir para hacer lo necesario para seguir viviendo su vida habitual. Van a seguir teniendo los negocios de cercanía abiertos: ferretería, farmacias, supermercados, almacenes”, dijo Fernández.
El régimen de aislamiento impuesto por Fernández “será severo”, dijo el presidente. “Les pedí a los gobernadores la máxima severidad”, dijo Alberto rodeado de Axel Kicillof, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Omar Perotti, gobernadores de Buenos Aires, CABA, Jujuy y Santa Fe, respectivamente, entre otros mandatarios provinciales.
La idea de la medida es evitar los contagios (hasta hoy se registran 127 infectados) y con eso impedir el colapso del sistema de salud, pues por lo general los contagiados necesitan de unidades de cuidados especiales, que no abundan. “Necesitamos que cada uno haga su parte. A los porteños y a los bonaerenses les pido su máxima colaboración”.
Alberto dijo que con este freno “la economía se va a ralentizar” y advirtió sobre problemas que eso pudiera generar y llevó tranquilidad a los monotributistas. “Vamos a anunciar normas para aliviar el sector informal” de la economía dijo.
“Estamos preparados para hacer frente a esto que nos ha tocado. Nada tiene sentido si los argentinos no hacen su parte. Tenemos por delante una pelea que debemos dar como argentinos”, finalizó Alberto.