Dos mujeres. Dos jugadoras de fútbol de San Martín de Burzaco. Florencia y Natalia son compañeras de club, pero también comparten el momento histórico en el que un deporte dejó de ser exclusivo de un género. Desde el conurbano, te acercamos la historia de estas deportistas orgullosas de sus elecciones.
Florencia Maldonado Sosa juega al fútbol desde hace cinco años. Siempre lo hizo con amigas y en cancha de césped sintético. La primera vez que jugó en cancha de 11 fue en San Martín de Burzaco, club al que pertenece desde julio del año pasado.
“En el deporte no sufrí diferencia por el hecho de ser mujer. Pero siempre están los típicos comentarios que pueden surgir en una conversación o en una reunión laboral o mismo en la calle, que se da más seguido de lo que una quiere. Lamentablemente, en el ámbito laboral siempre se condiciona a la mujer en la asignación de tareas, cuando somos tan capaces o aún más que los hombres. Hoy en día y gracias a la lucha que hacemos cotidianamente varias mentalidades machistas se van abriendo y eso nos da la posibilidad de hacer cosas que antes no podíamos hacer por el hecho de ser mujeres”, explica tranquilamente Flor, como si ya hubiera hablado de este tema unas cuantas veces.
“Hasta el día de hoy hay que demostrar el doble de lo que elegimos hacer con nuestras vidas. Más en mi caso, jugar al fútbol, un trabajo que está visto por la mayoría como algo sólo para hombres. Más allá de que una es consciente y sabe todo lo que puede dar y hacer lo tenemos que manifestar día a día. Se hace mucho más visible cuando es a través de la lucha y la defensa de nuestros derechos”, dice.
A la hora de hablar de mujeres referentas en su vida, elige a su mamá sin dudarlo: “Se la rebuscó para sacarnos adelante. Laburó, se ocupó tanto de mi hermana como de mí. Nunca se quedó en casa. Y cuando se quedó sin trabajo más aún. Ir a buscar comida a la Municipalidad y a los comedores, fue una etapa muy dura y difícil que yo no la entendía como hoy porque era muy chica.”
También asegura admirar a Maca Sánchez, “lógicamente por el fútbol y por toda la garra que le puso y le sigue poniendo a la mujer en el ámbito deportivo. Sabemos que falta, pero gracias a ella se han logrado cosas impensadas”.
Florencia considera que la lucha feminista es un hecho que se irá consumando poco a poco “con cada mensaje, con la educación, tanto en las casas como en las escuelas, con cada marcha que hacemos, demostrando que no somos menos, que merecemos los mismos derechos. De a poco lo estamos logrando y estoy segura de que lo vamos a lograr”.
Natalia juega fuerte
Nos vamos para otro lado de la cancha. Natalia Vázquez tiene 31 años, es contadora y trabaja en relación de dependencia. A los 11 empezó a jugar al fútbol en Lanús y tuvo que dejar porque no estaba de moda que una mujer jugara a la pelota. En el 2014 le avisaron de una escuelita que se abría en Lomas de Zamora y volvió al ruedo. Su entrenador la llevó a cancha de 11 en Banfield y en junio del año pasado arrancó en jugar en San Martín de Burzaco.
“En mi caso tuve la suerte de tener dos trabajos en donde no se me condicionó por ser mujer para poder desarrollarme profesionalmente. Pero conozco casos en donde se hacen diferencias por la condición de ser mujer. Te pagan menos, te mandar a realizar trabajos más denigrantes o directamente no te toman”, asegura Natalia.
A la hora de hablar de las mujeres en el fútbol sostiene que “en la sociedad hay mandatos para nosotras que se tienen que cumplir y no se respetan las decisiones personales. La mayoría juzga y no acepta la libertad para hacer o no hacer, es como quiere la sociedad o está mal. Si quiero tener hijos o no, si me quiero casar o no, si me gusta un sexo o no, o si elijo jugar a la pelota o ir a bailar”.
“Cuando elegí empezar a jugar a la pelota hacerlo no estaba bien visto, eras machona o marimacho. Y eso me limitó para poder seguir jugando. Nadie lo hacía y se disolvió. Yo sólo podía jugar con mi papá y mi hermano”, y agrega que su familia siempre la acompañó en sus decisiones, sin prejuicios. “Hoy estamos acá haciendo historia y luchando por la igualdad”, cuenta orgullosa la jugadora de San Martín, quien también se identifica con Maca Sánchez, la primera jugadora profesional del país. “Me identifico mucho con ella el último tiempo. Por sus convicciones y su lucha”. Pero a la hora de elegir una referenta Natalia habla de su mamá y de sus abuelas.
La jugadora de Sanma asegura que el feminismo “es una lucha de años que hoy día tomó más fuerza y tiene una denominación, pero hay mujeres que vienen hace años luchando por nuestros derechos, por la igualdad y la libertad. Muchas cosas que hacemos hoy como normales, son derechos ganados, ya que antes eran cosas impensadas. Esto dio sus frutos, se va avanzando, y se va construyendo una sociedad mejor. Algunos lo toman como una guerra de géneros, o estar en contra de algo. Y nada que ver, esto va más allá. Es estar a favor de defender a la mujer, cuidarla, respetarla”, detalla la contadora. “No hay nada como ser libre, como poder hacer lo que nos guste, vestir como queramos, salir con quien queramos, hacer con nuestro cuerpo lo que decidamos. No hay nada como vivir.”
Fotos: Sofi Silva