Las políticas públicas de control ético de la superpoblación de perros y gatos llevaron a Almirante Brown a ser el primer Municipio No Eutanásico. Hoy, a 23 años de la puesta en práctica de tal programa, la Comuna browniana es punto ineludible de referencia y consulta por parte de otros municipios, no sólo de Buenos Aires sino también del interior del país, de distintas provincias e incluso de países latinoamericanos.
Es que su accionar en la materia se ha prolongado ininterrumpidamente a los largo de del tiempo y a alcanzado un cifra acumulada de 300.000 castraciones o esterilizaciones de animales (perros y gatos), por lo que es considerado como el mejor servicio público de Latinoamérica.
Prácticamente en ningún país del mundo, incluso en los desarrollados, se ha extendido una política de control ético de la superpoblación de caninos y felinos como la que lleva a cabo el Municipio de Almirante Brown en forma articulada con entidades y movimientos proteccionistas.
Tal política fue fijada y puesta en marcha por la recordada ex intendente Hebe Maruco allá por 1996. Ese año se realizaron 496 castraciones, que contrastan con el promedio anual de este 2019 que llega a las 30.000 esterilizaciones. El promedio diario de castraciones es hoy de 120 aproximadamente.
En un país como el nuestro, con lo difícil que resulta la continuidad de políticas públicas, la perdurabilidad de dicho programa resulta, cuanto menos, destacable, y hay entidades proteccionistas que ya han hecho saber que apoyarán y peticionarán su inclusión en el libro Guinness de los récords.
El programa puesto en práctica hace 23 años en Almirante Brown tiene seis premisas básicas ineludibles. Sus acciones son abarcativas, gratuitas, masivas, sistemáticas, extendidas y tempranas (se dan desde los 5 o 6 meses de edad del animal), que son las que se recomiendan ahora desde la gestión que encabeza el intendente Mariano Cascallares.
Lo hacen con numerosos municipios del interior y de países vecinos. Comunas como las de Santa Fe, Formosa, Reconquista, Pilar, Déan Funes y Córdoba capital, entre otras, se han interesado en replicar este “modelo browniano” ético para enfrentar el desafío de la superpoblación animal en las calles y con el amor y respeto que se merecen caninos y felinos.