Alberto Ángel Fernández es el nuevo presidente de la Argentina. Asumió el cargo cerca del mediodía de hoy en el Congreso Nacional, donde también asumió la vicepresidencia Cristina Fernández de Kirchner, en una ceremonia que contó con el saliente Mauricio Macri. “Vengo a convocar a la unidad de los todos los argentinos”, dijo Fernández.
En el discurso ante la Asamblea Legislativa, seguido por una verdadera multitud desde afuera, el flamante presidente describió los “números terroríficos” que deja la gestión de Macri, anunció créditos masivos a tasas bajas, la reestructuración de las Fuerzas Armadas, la declaración de la emergencia sanitaria y “acuerdos básicos de solidaridad” con sectores sociales y productivos.
“Tenemos que superar el muro del hambre, el muro del rencor del odio y el muro del despilfarro de nuestras energías productivas. Estos muros y no nuestras ideas distintas, son los que nos dividen”, dijo Alberto. Y habló de la deuda: “Hay voluntad de pagar”, tiró.
“Nadie sobra, ni en su opinión ni en sus ideas. Quiero ser el presidente capaz de descubrir la mejor faceta de quien piensa distinto. Vengo a invitarlos a construir la sociedad democrática que nos debemos. Vamos a poner a Argentina de pie”, dijo Alberto.
Habló de una nueva humanidad, dijo que sabe que los pensamientos encarnan “pujas distributivas” pero que es necesario encontrar el camino para convivir. Habló de la inseguridad alimentaria que sufren 15 millones de personas, a la que describió como una catástrofe social. “Sin pan no hay presente ni futuro, democracia ni libertad”.
Anunció el “Plan Integral Argentina contra el hambre” con todo su Gabinete más organizaciones sociales. Habló de la situación penosa de muchos: abuelos endeudados y mal alimentados, economías familiares rotas por los tarifazos, industrias y comercios cerrados o en crisis. “El cooperativismo y la agricultura familiar serán protagonistas”, dijo.
El presidente recalcó el trabajo como eje. Y adelantó acuerdos con distintos sectores para “encender los motores de nuestra economía” y corregir los desequilibrios macroeconómicos en un “sendero complejo” como el que asume, con una inflación histórica, el más bajo PBI per cápita de las últimas décadas, pobreza récord, dólar por las nubes, un nivel histórico de indigencia, el nivel de producción industrial más bajo desde 2003.
“Se cerraron 20 mil empresas en cuatro años y se perdieron 152 mil empleos en el sector privado. Detrás de estos terroríficos números hay personas con sueños”, dijo Alberto. Y adelantó “un sistema masivo de crédito que brinde préstamos a tasas bajas”.
“Para poner a Argentina de pie el proyecto tiene que ser propio, no uno que alguien nos dicte desde afuera. Necesitamos una Argentina que crezca e incluya, que tenga un proyecto de desarrollo. hay que salir de la lógica de más ajuste más recesión y más deuda”, dijo.
“Los únicos privilegiados serán quieres quedaron atrapados en la pobreza y la marginación. El gobierno dejó al país en un virtual default”, dejó sentado.
Alberto anunció que enviará al Congreso un proyecto para crear un Consejo Económico y Social para el Desarrollo que funcione como una política de estado más allá de su gobierno y esté integrado también por legisladores.
“Propondremos acuerdos básicos de solidaridad en la emergencia con los gobernadores y crearemos capitales alternativas en las provincias para que tengan visibilidad y analizaremos localizar en las provincias organismo nacionales para garantizar un nuevo federalismo”, dijo.
Habló de una justicia independiente (“nunca más a una justicia que persiga al poder de turno”, dijo y todos se levantaron a aplaudir) y ante la mirada de la Corte Suprema dijo que enviará un proyecto para “reformar la justicia federal” y decidió intervenir la AFI, la Agencia Federal de Inteligencia y derogó un decreto de Macri que dejaba en secreto los gastos de los espías y reasignó ese dinero a luchar “contra el hambre en la Argentina”.
Fernández se refirió al desarrollo sustentable, reafirmó la soberanía Argentina en las Islas Malvinas, dijo que es preciso “escapar a la lógica del gatillo fácil”, y le habló a las Fuerzas Armadas en tono conciliador, habló de los medios de comunicación, de la educación en relación con los medios.
“No habrá pautas del estado para financiar programas individuales de periodistas, solo se destinará a instituciones periodísticas” como parte de un nuevo contrato de ciudadanía.