Desde el primer minuto de hoy subirán los impuestos para los combustibles. Y eso se reflejará en los precios, que subirán entre un 5% y 6%, de acuerdo a lo determinado por Mauricio Macri a través de un decreto. En la estación de servicio Shell de avenida Espora y Amenedo, en Adrogué, la nafta súper cuesta 55 pesos y la premium subió a 63.
El Gobierno publicó el viernes una actualización del impuesto a los combustibles en el Boletín Oficial. Este nuevo valor, sumado al incremento de los precios de los biocombustibles el miércoles pasado, desembocará en nuevos aumentos en los surtidores.
El litro de nafta súper, que se despachaba a $ 50,19 en las estaciones oficiales de YPF en la ciudad de Buenos Aires, se ubicaría en valores más cercanos a los $ 52,70 como mínimo.
La nafta tributa $ 11,23 por cada litro vendido, mientras que el gasoil paga un impuesto de $ 6,928. Esos valores iban a subir desde el 1° de diciembre alrededor de 5%. Pero el impuesto se desdobló: una parte comenzará a regir el domingo y otra a partir del 1 de enero.
Más de la mitad del precio de la nafta súper se explica por el petróleo y los distintos componentes de la cadena comercial (traslado, logística, margen para las estaciones). Sobre un importe de $ 51, cerca de $ 23 están destinados a pagar el componente de biocombustibles, impuestos generales (IVA e Ingresos Brutos) más los tributos específicos (como Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Carbono).
Pero las compañías argumentan que aún no es suficiente, y que aún están por debajo del precio de “paridad de exportación”. Ese importe es el equivalente al importe de un barril de petróleo si se exporta, descontadas retenciones y otros derechos aduaneros.
Según números que difundió el Gobierno, el litro de nafta súper terminará el año en $ 59,8 mientras que el de súper premium se ubicará en $ 65,5. Ese promedio es “nacional”, según fuentes oficiales, por lo que supera los niveles de Buenos Aires.
Los precios de la nafta son más económicos en Buenos Aires que el resto del país. La excepción es la Patagonia, donde los combustibles poseen menor carga tributaria, salvo el gasoil que allí si es más elevado.