Jonathan Godoy, el asesino de 27 años que el lunes mató al dueño de un vivero de Rafael Calzada -a quien sepultan a las 9 de hoy en Parque Eterno-, a un empleado e hirió de gravedad a otro hombre y la esposa del dueño, entró a la propiedad por una pared lateral cerca de las 2.30 de la madrugada del lunes, actuó solo y sin armas de fuego, según confirmaron las cámaras de seguridad.
Godoy mató conforme iban apareciendo las personas ante su mirada y “con el fin de cometer el robo”, explicó a Brown On Line Celeste Gonzalia, la abogada de la familia y amiga de toda la vida de Greta Gramuglia, hija del matrimonio atacado, y también abogada.
El proceder de Godoy prueba que actuó en soledad: mató para controlar la escena del crimen pero le dijo a la esposa del dueño del lugar “hay dos más” para meter miedo y poder cometer el ilícito.
Godoy atacó primero al empleado del vivero, que vivía en el lugar, por lo cual la familia descarta la teoría de que haya sido un entregador. Desde un primer momento los Gramuglia se resistían a que alguien haya “entregado” el robo, sobre todo porque no hay ni hubo movimientos de dinero importantes en el comercio.
“La familia no cree en la teoría del entregador, sobre todo porque a quien sindicaban como tal es un amigo de la familia de toda la vida. El delincuente actuó solo y no hubo uso de armas de fuego”, confirmó a este medio de forma exclusiva Celeste Gonzalia la abogada de la familia Gramuglia.
Con el afán de robar, el asesino recorrió el lugar y dio con el hermano del dueño, un hombre con movilidad reducida llamado Luis, a quien lo atacó a puñaladas y por estas horas está internado en un sanatorio porteño en grave estado.
Cuando Oscar se despertó y bajó de su habitación al vivero se encontró con Godoy, que lo atacó con un cuchillo y le provocó la muerte. Minutos después Gladys, la mujer de Oscar, bajó extrañada de algunos ruidos y halló a Godoy, que la atacó también cortándole el cuello, pero fue la mujer la que viendo el cuadro -su marido muerto y su empleado muertos y su cuñado y ella heridos- y le dijo: “Si me matás a mí no te vas a llevar nada”.
El ladrón le habría dicho a Gladys “Te vendieron a vos”, pero es complejo saber por qué decía eso, si para ejercer presión y conseguir un dinero que no había o es que realmente hubo un entregador. Por estas horas esa teoría no tiene asidero en la familia Gramuglia.
La mujer convenció al delincuente para que la dejara entrar al baño y desde allí llamó al 911 primero y ante la falta de respuestas se comunicó con su hija, quien fue hasta la comisaría y llegó a la vivienda con los uniformados. Entonces se sucedió la llegada de los grupos especiales y las negociaciones para la liberación de la mujer tomada de rehén, algo ocurrido casi 12 horas después de que el delincuente hubiera ingresado al vivero.
Pintadas y locura
En la pericia realizada ayer en la escena del crimen, se probó que el asesino, al verse acorralado y con el Grupo GEO y Halcón afuera, “realizó más de 50 pintadas en las paredes”, realizadas con un fibrón y donde hace mención a algunos apellidos que “caerían si él caía”, explicó una fuente que accedió a las pericias.
Como vio que no había dinero en la casa, el ladrón llenó valijas con alimentos como carne y hasta yerba mate con el plan de llevárselos en la camioneta con que la familia Gramuglia hacía el reparto de las plantas.
“Hay cosas que todavía no las podemos explicar. Entiendo que vamos a poder comprenderlas recién en el juicio oral”, dijo la letrada de la familia.