La gobernadora María Eugenia Vidal cambió ayer su agenda oficial que incluía visitas a los hospitales Arturo Oñativia y Lucio Meléndez para evitar las protestas de los trabajadores que en el primer caso se mantienen en estado de asamblea permanente en reclamo por la falta de obras luego del incendio ocurrido hace 10 meses en el centro de salud de Rafael Calzada.
A pesar de que desde el mediodía blindaron las calles de Adrogué, Vidal cambió su recorrido, evitó contarlo en sus redes sociales, y prefirió concentrarse en Quilmes antes de visitar fugazmente el Comité de la UCR en Adrogué, donde la recibió Carlos Regazzoni, el candidato macrista a la intendencia por Juntos por el Cambio.
Vidal tenía pensado cerrar su visita en la plaza céntrica de Adrogué, pero el temor a escraches de vecinos le hizo cambiar de idea: prefirió guarecerse en el comité radical y lanzar un discurso que pretendió darle fuerza a los militantes luego de la categórica derrota en las PASO e irse. “Se puede dar vuelta”, dijo en una intervención breve.
Con Regazzoni convirtiéndose en jefe de una hinchada apagada por los resultados de las PASO del pasado 11 de agosto (el ex PAMI gritó un tibio “Y dale, y dale, y dale Mariú, dale”), cerró el acto express junto a la gobernadora y con el clásico y ahora fantasioso “si se puede”.