“Esto empezó con dos paquetes de harina y dos litros de leche”, dice Inés Barboza, quien junto con otras madres empezó hace un mes la tarea de ofrecer una merienda para los chicos de la Plaza Palumbo, de Longchamps, por iniciativa propia y sin otra ayuda que el propio ingenio y el propio bolsillo.
Por eso llaman a la solidaridad de quien pueda colaborar con alimentos para el merendero: leche larga vida o leche en polvo, galletitas, harina, dulce de leche, mermeladas, pan, etcétera.
La iniciativa empezó en esa plaza donde ellas arman la feria del trueque. Cambian ropa por una harina, un par de zapatos por leche en polvo o ponen dinero de su propio bolsillo para preparar las viandas para unos 30 chicos que las esperan en la plaza.
En 2016 le armaban viandas a las personas en situación de calle. Fue el primer contacto con una realidad que empezó a volverse compleja debido a la alta inflación, los tarifazos y la crisis económica, que cada día genera nuevos pobres.
“Los chicos se fueron acercando y ahora no los podemos parar porque nos esperan todas las tardes. Lo hacemos tres veces por semana, pero no nos da el bolsillo. Vamos a tratar de volver a hacerlo todos los días”, se ilusiona Inés, que recalca que la ayuda suya es sin banderas políticas.
“Se ve la necesidad de los nenes, que no tienen para comprar ni una galletita”, dice Inés. “Queremos sacar a los nenes de las calles con talleres de manualidades, enseñarles algo. Muchos nenes van a la escuela sin almorzar. Por eso pedimos con lo que nos puedan ayudar”.
“En un mes vamos a empezar a hacer viandas para la cena de los chicos, porque viene el frío y tenemos que estar ahí para dar una mano”, dice Inés, que es madre y abuela y entiende la necesidad de los más pequeños.
Inés trabaja en el servicio doméstico, una de las madres es peluquera y otra de las madres también es empleada. “Nos vamos a casa contentas porque los chicos se llevan su vaso de leche y una porción de comida”.
Comedor comunitario Plaza Palumbo: Inés 155.139.4820.