La Argentina sumó más de 1,9 millones de nuevos pobres al cierre de 2018 según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica. El 31,3% de la población urbana es pobre, la cifra más alta desde el 2010.
Los datos corresponden a la nueva medición de la pobreza por ingresos y multidimensional de 2010-2018 que determinaron que la “pobreza multidimensional” alcanzó el 31,3 por ciento a fines de 2018, un incremento del 4,7 por ciento en comparación con 2017.Si se hace foco en el conurbano bonaerense la cifra trepa al 41,1 por ciento.
El porcentaje equivale a 12.700.000 personas que no tienen ingresos para comprar los alimentos y productos de la canasta básica y, además, tienen entre una y tres carencias sobre 6 indicadores básicos: alimentación, vivienda, salud, educación, trabajo y servicios básicos.
El Director del Observatorio, Agustín Salvia, aseguró que los datos dan cuenta de “un agravamiento de la pobreza estructural y una ampliación de la brecha de desigualdad”. Además, explicó que “la pobreza es mucho más amplia que la sola falta de ingresos y, por lo tanto, no puede ser medida por un solo indicador”.
Los pobres multidimensionales son aquellos que se encuentran bajo la línea de pobreza porque no cubren la Canasta Básica Total (CBT) y, además, carecen de acceso a al menos alguno de los mencionados derechos socioeconómicos.
Los más afectados son las clases medias bajas, los trabajadores y los sectores más pobres, en un contexto de aumento de la desigualdad social.
El informe registró, además, un incremento en los hogares con dificultades alimentarias o de atención sanitaria, que pasaron del 21,6 por ciento al 22,8 por ciento en 2018 y de los hogares donde viven personas sin empleo o con trabajos en negro, donde hubo un aumento del 29,2 al 32,2 por ciento en el último año.