Un informe de la cámara Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) aseguró que, en los últimos tres años, cerraron unos 28.000 kioscos, a la vez que se multiplicaron los llamados “kiosco-ventana” en domicilios particulares, locales informales que se abren directamente en garajes o piezas de las casas.
La mayoría de los negocios cerrados estaban ubicados en los ciudades más importantes del país como Buenos Aires, el Conurbano, Córdoba y Mendoza, entre otras, donde el precio de los alquileres impactó sobre los márgenes de ganancia.
“Venimos de una caída constante desde el 2016, con 28.000 kioscos cerrados a nivel nacional. Esto es producto de los fuertes tarifazos, el bajo salario de los trabajadores, las jubilaciones y las pensiones. Esto genera que el consumo interno caiga, que las empresas aumenten el precio de los productos y no se puedan vender”, explicó el presidente de UKRA Néstor Palacios quien aseguró que “si sigue la misma política económica, en los próximos seis meses cerrarán 5.000 kioscos en la Ciudad y 5.000 en la provincia de Buenos Aires“.
Desde la entidad remarcaron que si cada kiosco tenía un empleado, como mínimo se perdieron 28.000 puestos de trabajo en los últimos tres años. Y podrían perderse 10.000 puestos más para junio.
Asimismo, Palacios señaló que los kiosqueros buscan cada vez más segundas marcas para no perder la venta y para mantener un margen de ganancia que las primeras marcas no les dejan. “Los alfajores y las galletitas bajaron las ventas un 25%, la gente opta por segundas y terceras marcas”, contó el presidente de UKRA y destacó muchos comerciantes venden alimentos de primera necesidad para tener algo de ganancia.