Empleados perfeccionistas, con alto grado de concentración y que pueden seguir procesos y rutinas sin aburrirse son algunas de las características que hicieron que diez empresas se interesaran en el programa de empleabilidad de jóvenes con Trastorno del Espectro Autista.
“Hace menos de un mes que oficializamos el programa y ya tuvimos entrevistas con diez empresas que se interesaron. Son de diversas ramas y van desde una cadena de farmacias hasta un lavadero industrial”, señaló a Télam Horacio Joffre Galibert, médico y fundador de la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA).
El programa trabaja sobre dos frentes: por un lado, informa a las empresas sobre el TEA, y capacita tanto a directivos como a quienes serán los compañeros de los jóvenes incorporados; por el otro, entrena y brinda herramientas a los jóvenes con TEA, además de acompañarlos en el lugar de trabajo.
Se estima que en Argentina hay 400.000 personas diagnosticadas con algún trastorno del espectro autista, categoría que engloba a varios cuadros vinculados principalmente con dificultades en la interacción social y el lenguaje.
“Si bien el espectro es muy amplio, muchos de los jóvenes con TEA comparten características que son requeridas por las empresas: tienen un alto grado de concentración, son capaces de seguir procesos y rutinas sin aburrirse y son extremadamente perfeccionistas”, destacó el titular de APAdeA.
“A medida que nuestros hijos fueron creciendo nos dimos cuenta de que no bastaba con ayudar en la integración escolar y que existe un gran vacío en el acompañamiento de los jóvenes y sus familias en la formación después del secundario y el empleo”, apuntó Joffre Galibert.
Y continuó: “El programa que proponemos implica la formalización de acciones como capacitaciones y acompañamientos laborales, que a fines de 2016 tuvieron un fuerte impulso a partir de una articulación con la empresa de desarrollo de software SAP”.
El fundador de APAdeA se refiere al trabajo conjunto entre la organización y la compañía, que contrató a más de diez jóvenes con diagnóstico de Asperger, contemplado dentro del espectro autista.
El proyecto fue un éxito: “De todos los contratados, sólo uno se fue porque consiguió trabajo en otro lugar y otro porque su tarea era temporaria; el resto permaneció y tuvo una productividad impecable”, indicó por su parte a Télam Alejandro Masip, director de Proyectos Financieros Globales de SAP y responsable local del programa.