Durante las últimas fiestas son muchas más las personas que deciden no usar pirotecnia, en caso de hacerlo hay que tomar una serie de recaudos para prevenir accidentes evitables.
El médico José González, del Hospital Santa Lucía, enfatizó que los chicos “no deben tener acceso a la pirotecnia, sino que deben manejarla los adultos”, y resaltó que debe ser “pirotecnia autorizada por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), porque la ilegal usa pólvora blanca que entra en ignición mucho más fácil y es mucho más peligrosa”.
“Que no se utilice dentro de recipientes, porque a veces se pone dentro de una botella, de un frasco o una lata y las esquirlas que salen de esa detonación son muy lesivas para el ojo”, aconsejó González, quién agregó que “no hay que acercarse nunca a una pirotecnia que no se encendió porque en cualquier momento puede encenderse”.
Asimismo señaló la importancia de que se manipulen los elementos pirotécnicos en “lugares abiertos” y “lejos de los árboles” para evitar incendios.
En relación a las lesiones oculares por la apertura de bebidas aconsejó que “cuando uno la abre tiene que sostener el corcho y no hacer el típico chiste de ver quién se casa y largarlo al aire, porque se produce un impacto de alta velocidad en el ojo. Otro daño muy frecuente es que sacan el precinto con los dientes y queda enganchado, y el corcho va directo al ojo”.
En caso de lesión, debe acudirse “urgente al hospital, donde tenemos guardia las 24 horas los 365 días del año“.
“A lo sumo poner una compresa fría o gasa estéril si tiene hemorragia, pero no intentar ponerse a limpiar lesiones, porque a veces es más el daño que se genera”, añadió.
Como afecta la pirotecnia a las mascotas
Quienes también sufren las consecuencias del uso de la pirotecnia son los animales, sobre todo perros y gatos.
El doctor Oscar Lencinas, director del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, explicó que “los estruendos les producen un estrés tremendo porque les afecta directamente el oído medio, lo que les produce mucho dolor, por eso los animales se desesperan y buscan huir. En muchos casos se tiran de una terraza porque el dolor es muy agudo y tratan de escapar”.
Lencinas sugirió que se busque un “lugar fresco y cerrado” para dejar a los animales mientras se generan los estruendos con fuegos artificiales.