Aduciendo una “grave crisis”, la empresa alimentaria Canale despidió ayer a todos los empleados de su planta de Llavallol, en el partido de Lomas de Zamora y cierra la fábrica donde se producían los enlatados de sus productos.
Se trata de 86 empleados que viene sufriendo atrasos salariales desde hace más de dos años y ayer recibieron el telegrama de despido en el cual la compañía Redepa argumenta “la imposibilidad de seguir operando” sin aportar mayores detalles y con la idea de pagar la mitad de las indemnizaciones de los trabajadores, a quienes le debe tres meses de sueldos.
En diálogo con Brown On Line, Nicolás, empleado de la empresa desde hace 16 años y delegado, explicó: “Venimos desde hace años arrastrando esta situación. Ellos prefieren no seguir produciendo en Llavallol y comprar las latas afuera.”
Mientras tanto, los operarios permanecen en la puerta de la empresa, en una presencia pacífica y para evitar que se lleven las máquinas. “Tenemos miedo que la vacíen”, dijo Nicolás, quien tiene a su padre en su misma situación, con 42 años de empleado en la compañía metalúrgica. “Ni siquiera nos podemos dar una mano entre nosotros. Eso vuelve todo más complicado. Hay muchos compañeros afectados que entraron en un cuadro psiquiátrico debido a esta situación.”
Para colmo, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) dejó solos a los empleados. No acompañó la lucha de los operarios ni los reclamos en las calles, ni las movidas solidarias y no acercó una sola ayuda para los trabajadores, que organizaron un festival para recaudar fondos y todos los días hacen una choriceada donde se puede comprar para ayudarlos.
“Veníamos con el ánimo bien arriba por el festival que organizamos pero esto es una partida de ajedrez en la que no te dan tregua. Ayer nos dieron un garrotazo. Pero haremos todo lo posible para tratar de seguir laburando”, dice Nicolás.
Ahora mismo y todos los días, los operarios están en Boulevard Santa Catalina 184, esquina Libres del Sur, de Llavallol, partidos de Lomas de Zamora.