La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad la nueva Ley de Trasplante de Organos, Tejidos y Células, conocida como Ley Justina, que establece que todas las personas son donantes, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria.
El proyecto, que recibió 202 votos afirmativos y que también había sido aprobado por unanimidad en el Senado, está inspirado en el caso de Justina Lo Cane, una menor de 12 años que murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón.
Los familiares de la niña, que fueron uno de los promotores de la iniciativa, estuvieron hoy en el recinto y, entre lagrimas, destacaron la importancia de la aprobación de la ley.
En la actualidad en el país existen 7738 personas en la lista de espera para trasplante de órganos y apenas el 6,41% de los cuidadanos son donantes
El principal cambio que la ley aprobada introduce en la anterior es la instauración de la categoría de donante presunto: toda persona mayor de edad que no haya expresado su negativa a la donación será tratada como donante.
Hasta ahora, sólo se tomaban como donantes aquellas personas que hubieran manifestado expresamente su voluntad de donación (en caso de mayores de edad) o cuyos responsables legales quisieran donar sus órganos (en caso de menores de edad o personas tuteladas).
En el caso de los menores de edad, “se posibilita la obtención de autorización para la ablación por ambos progenitores o por aquel que se encuentre presente”.
Por otra parte, la normativa, cuyo autor es el senador Juan Carlos Marino (UCR) y que fue trabajado en conjunto con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), incorpora avances como la definición de los derechos de donantes y receptores, la creación del Servicio de Procuración en los hospitales públicos y privados, el establecimiento de las funciones del INCUCAI y de los requisitos que deben cumplir los profesionales y los establecimientos médicos, y la fijación de penas y sanciones en los casos que corresponda.