En Adrogué, en Burzaco, en Longchamps, en Lomas de Zamora, en Avellaneda, en Lanús, en Remedios de Escalada y en Quilmes, entre tantos otros lugares del conurbano sur, la gente salió a la calle para decirle no al ajuste jubilatorio impulsado por el gobierno en la Cámara de Diputados.
Pero también las cacerolas como modo de expresión llegaron a la Quinta de Olivos, a la Casa de Gobierno y al Congreso de la Nación, hasta donde llegaron miles de personas para expresar el no a la reforma previsional propuesta por el gobierno de Mauricio Macri.
Lo mismo ocurre en los barrios de Caballito, Chacarita, Villa Crespo, Palermo, San Telmo, Barrio Norte, Floresta, Almagro, Flores, Monte Castro. Y se multiplican en diferentes puntos del conurbano, como Morón, San Miguel, Villa Adelina, San Martín.
Y en otros puntos del país, como las provincias de Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, entre tantas otras, los cacerolazos en contra de la intención de bajar las jubilaciones, asignaciones universales y pensiones.