Desde hace más de dos horas un grupo minúsculo de manifestantes agrupados en los tres partidos de izquierda (PTS, PO y MST) arrojó piedras, botellas y bombas caseras tras lo cual la policía reprimió con carros hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma, en el marco de una marcha multitudinaria para rechazar el proyecto de ley de ajuste jubilatorio impulsado por el Gobierno nacional, que la Cámara trata a pesar del pedido mayoritario de la oposición de suspenderla.
Elisa Carrió pidió el levantamiento de la sesión y dijo: “Somos diputados, queremos tratar la ley”. La diputada masssita Graciela Caamaño, por su parte, culpó al gobierno de “engañar al pueblo porque este tema no estaba en ninguno de los spots de campaña de este gobierno. Defraudaron la voluntad popular”. Y culpó al gobierno de instigar los actos violentos de esta tarde. “Es la violencia de adentro”, resumió.
“Me duelen los palos y las patadas que le están pegando al pueblo”, dijo la diputada Vanesa Siley y dirigente del sindicato de judiciales en la sesión. “Es una situación desbordada, es un despropósito que sesiones en estas condiciones. Reflexiones porque esta es una situación gravísima. En cualquier momento vamos a tener una noticia muchísimo más grave. Evitemos la violencia en la Argentina”, afirmó Agustín Rossi, presidente del bloque de diputados del FpV.
Con un discurso encendido, Nicolás del Caño, diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, dijo que la ley es “fradulenta” y está hecha para “meterle la mano en el bolsillo a 17 millones de personas” y dijo que en el recinto algunos diputados “se ríen de los más pobres”. Y solicitó una consulta popular y el levantamiento de la sesión.