Cuando hace 10 años llegó a Grecia pensó que no era su lugar. Pero enseguida los argentinos del equipo lo ayudaron (Sebastián Saja, Ignacio Scocco) a acomodarse y se pudo sentir como en su casa. Cuando recuerda eso, Agustín Daniel Pelletieri elige decir que lo hicieron sentir “como en Adrogué”, la patria chica de este volante central de manual que ayer decidió dejar la práctica activa del fútbol.
Pelletieri se inició en El Fogón de José Mármol y alternó su gusto por el fútbol con la raqueta de tenis. De niño jugaba con pasión y sin presión de la familia. Así llegó a Lanús, debutó, se consolidó, salió campeón. Era, en 2007, el 5 que todos querían. Desde su debut en 2003, a los 21 años, Agustín se convirtió en uno de los mejores volantes centrales del país.
También en Racing hizo historia, por su juego generoso y porque una noche en que expulsaron al arquero Jorge De Olivera se calzó los guantes y le atajó un penal a Gastón Caprari. Desde entonces la gente de Racing anotó su apellido en su corazón con la fuerza de los amores perpetuos.
Lo citaron cuatro veces a la Selección Nacional, la última vez en 2011 por Alejandro Sabella, pero no pudo pisar la cancha con esa camiseta. Con otra de los mismos colores sí lo hizo hasta convertirse en ídolo: en 2011 Racing compró su pase porque el DT Diego Simeone lo quería bajo su dirección. Agustín hizo lo que otro no hubiera podido: se volvió de Mónaco con la revisión médica aprobada para jugar en Racing, el club del cual es hincha.
“Se acabó una etapa, dejo el fútbol con la felicidad de haber cumplido un sueño, también con la certeza de haberme esforzado y dedicado al máximo de mis posibilidades”, escribió Pelletieri en su cuenta de Instagram. “Gracias a todo el club Lanús por formarme y darme un lugar de privilegio, gracias a Racing club por adoptarme tan rápido y hacerme sentir tan querido; y también quiero agradecer al AEK, Chivas Usa y a Tigre por darme un lugar y dejarme crecer”, completó el ahora ex jugador.
A Pelletieri le llegó el día de mañana. Ese momento que para los deportistas de alto rendimiento parece lejano está ahora en su presente. “Me va a costar reemplazar el fútbol porque tiene emociones todo el tiempo, para arriba y para abajo”, le había dicho a El Gráfico hace un tiempo. Pero su idea de tener “un ritmo de vida más normal” fue la clave para tomar la decisión. El incansable y generoso número 5 abandona el fútbol profesional y deja el recuerdo de un gran jugador, en la cancha y en la vida.