Efectivos de la Policía de la Ciudad intentaron impedir, a los empujones y con gases lacrimógenos, que los trabajadores de Pepsico puedan llegar hasta el Congreso, donde tenía planeado entregar un proyecto de ley que plantea la expropiación de la planta.
“Gases lacrimógenos fue la respuesta del Estado a nuestro reclamos. Somos trabajadores, no podemos perder nuestros puestos de trabajo. Queremos volver a trabajar y que se reabra la fábrica de alimentos”, sostuvo Camilo Mones, uno de los delegados de PepsiCo tras el avance de la policía que les bloqueó el paso y a los golpes, empujones y gases lacrimógenos les impidió llegar hasta las puertas del parlamento. “Veníamos a entregar un petitorio, un proyecto de ley para plantear la expropiación o nacionalización y nos responden con palos. El Gobierno tiene un nuevo deporte, reprimir trabajadores que luchan”, repitió el delegado.
La protesta había comenzado cerca de las 8 cuando los trabajadores cortaron la 9 de Julio en su intersección con Corrientes y marcharon luego a las puertas del Congreso donde los despedidos instalaron una carpa.
El 20 de junio pasado, la multinacional anunció el cierre de su planta de Florida y el despido de los 600 operarios que allí cumplían funciones. Los trabajadores denunciaron que la empresa incurrió en un lockout patronal y montaron una vigilia en la planta, para evitar que se llevaran las máquinas.
El 13 de julio, la policía bonaerense avanzó violentamente sobre los trabajadores que mantenían tomada la planta y reprimió a manifestantes que se encontraban en la puerta.