En la estación de trenes de Constitución se cumple aquel viejo chiste de que llueve más adentro que afuera. A pesar de que por fuera luce los ornamentos remodelados de un edificio construido hace 130 años, el techo colecta de tal manera el agua que adentro de la estación cualquier lluvia se convierte en torrencial.
Una de la nuestras lectoras pasó el viernes por allí y asombrada ante el torrente que se precipitaba sobre los andenes compartió con nosotros este video.
Video: gentileza Mery Orellana