A pesar del rechazo expresado por las centrales sindicales a la propuesta oficial, el Gobierno nacional determinó anoche, por decreto y de manera unilateral, un incremento del 24% en el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en tres cuotas, que se terminarán de pagar en julio del año que viene y que no alcanzará para cubrir el costo de la Canasta Básica.
De esta manera, el SMVM pasará de 8.060 a 10.000 pesos, disponiendo la cartera laboral que el mismo se ajuste en tres tramos: $8.860 a partir del 1º de julio, $9.500 a partir del 1º de enero y $10.000 desde julio de 2018.
La resolución del Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca, se dio luego de que fracasará la reunión del Consejo del Salario Mínimo que juntó al Gobierno, sindicalistas (la CGT y la CTA) y empresarios. Allí, el pedido gremial era el de un salario de $14.060, lo que representaba un aumento del 75%, mientras que las cámaras empresariales acudieron con una oferta que lo elevaba a $9.700, que en los hechos era una suba del 20,3%. Es la primera vez en la historia que el Consejo del Salario no llega a un acuerdo entre las partes.
El incremento dado por el Gobierno está lejos de cubrir la Canasta Básica Total que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), y que determinó el cual en el último informe de mayo señala que una familia tipo necesita $14.665,88 para no caer en la pobreza.
Tras conocerse la decisión del gobierno, las dos CTA anunciaron que preparan “una marcha nacional”.
“Vamos hacia una marcha nacional que se va a realizar en la primera semana de agosto”, remarcó el secretario de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky en declaraciones al programa “Mañana Sylvestre”, que se emite por Radio 10.
El sindicalista sostuvo que está hablando con compañeros “de la otra CTA (liderada por Pablo Micheli)” y la Confederación General del Trabajo (CGT).
En ese contexto, Yasky consideró que en el Gobierno tienen una sola obsesión, que es bajar el costo laboral. “Es un gobierno que ni siquiera atina a disimular, le quieren pone una tapa de hormigón al salario de los que menos ganan”, bramó. Asimismo dijo que se decida pagar el salario mínimo en julio del año que viene “habla de la “insensibilidad social” del Ejecutivo.
Por su parte, el titular de la central obrera, Pablo Micheli, aseguró que el aumento dispuesto por el Gobierno “es casi igual” que la propuesta que habían hecho los empresarios, por lo que aseguró que el Ejecutivo “está jugando directamente para una de las partes”.