Una familia siria que, ayudada por un sacerdote tucumano, llegó a la Argentina en calidad de refugiada el año pasado y se instaló en Córdoba dice que decidió volver a Alepo porque la inflación y la inseguridad que hay en nuestro país los tiene mal.
Según una entrevista que otorgaron al diario La Voz del Interior, los Touma cuentan que en la Argentina esperaban armar una nueva vida, lejos de las bombas y la guerra, pero se encontraron con un país con inflación, inseguridad y un idioma que les cuesta mucho.
“Pensamos que la vida aquí sería más barata y que nuestras hijas tendrían futuro, pero no lo vemos ahora”, afirmó Taufiq, quien sufrió una lesión grave que lo imposibilita para hacer varias tareas, por lo que hasta ahora no consiguió trabajo. No puede moverse con naturalidad ni hacer fuerza, ya que una explosión, mientras estaba en Siria, hizo que un televisor se le cayera en la cabeza y lo inmovilizara. Pensaba tratarse de esa dolencia en Argentina, pero tampoco pudo.
Hasta ahora los Touma han subsistido gracias a la buena voluntad de un vecino que les pagaba el alquiler y los gastos diarios y les prestó un auto, aunque ellos no se sienten cómodos con esta situación. “No queremos pedirle plata a nadie, la queremos ganar. Mi padre fue la última persona que me dio dinero y no queremos ser una carga en Argentina”, deja claro Taufiq.
Encima, fueron víctimas de la inseguridad: hace un mes les entraron a su casa y los desvalijaron. Los ladrones se llevaron hasta los documentos argentinos que habían conseguido por ser parte del programa de refugiados. Sólo sus hijas parecen estar felices: ya hablan un poco de castellano, van a la escuela y mientras la mayor corre por la casa, desde su celular suena una canción de Maluma.