Luis Esteban Weiman, el vigilador privado detenido hace un mes por la denominada “masacre de Florencio Varela”, fue liberado ayer luego de que la fiscal de la causa desistió de pedir la prisión preventiva por falta de pruebas, informó su defensa.
Antonio Solivarent, uno de los abogados defensores de Weiman (36), precisó que su defendido fue liberado a las 12.10 de ayer por orden del juez de Garantías Carlos Agüero, ya que la fiscal María Dongiovanni, no había pedido “la prisión preventiva ni ninguna medida cautelar”. De esta manera, ya no quedan detenidos por los homicidios de dos adolescentes y las graves heridas sufridas por otras dos, tras un ataque a balazos cometido durante la madrugada del 11 de febrero cuando las cuatro jóvenes volvían de bailar.
Sin embargo, Weiman seguirá ligado a la causa “hasta el sobreseimiento definitivo”, declaró su abogado, aunque aclaró que no puede ser “vinculado” por ningún delito respecto de las víctimas, “y de la masacre menos”.
En relación a su defendido, Solivarent adujo que como los investigadores no lograban “convertirlo en asesino”, lo sindicaron como quien “era el que manejaba la droga en (Florencio) Varela” pero que finalmente “no se pudo probar” ninguna de estas acusaciones.
En tanto, la abogada de los familiares de la víctimas, Florencia Casamiquela, criticó la investigación de la causa llevada hasta el momento, a la que definió como “cómoda”. Para Casamiquela, se centró la investigación en la hipótesis de “encontrar al autor material” y se dejaron de lado “todos los condimentos que rodearon la masacre de las chicas”. “Aca hay una red de complicidad, acá hay mucha gente que sabe que es lo que sucedió con las chicas y están queriendo ocultar la verdad intentando enmascarar esta tragedia, esta ejecución mafiosa, con la participación de un loquito inmotivado” sostuvo la abogada.
También señaló que “una persona las levanta del domicilio, las lleva a la localidad a Ezeiza a entregar un paquete que no sabemos de qué y que después las lleva al boliche no sabemos por qué razón”.
En cuanto a la liberación de Weiman, la decisión del magistrado estuvo basada, en primer lugar, en que el acusado no había sido señalado por ninguno de los tres testigos presenciales de la masacre, en las ruedas de reconocimiento, de las que participaron un remisero y dos jóvenes, quienes no identificaron a Weiman ni a Adrián Abraham (31), también investigado en ese entonces.
En segunda instancia, un peritaje de barrido electrónico realizado sobre muestras tomadas al vigilador privado Weiman horas después del hecho, el 11 de febrero, y luego analizadas por expertos en busca de restos de deflagración de pólvora, determinó que no tenía rastros en sus manos de haber disparado un arma de fuego. Tampoco se había establecido contacto telefónico entre el acusado y las víctimas.
La masacre de Florencio Varela fue cometida el sábado 11 de febrero, en avenida Senzabello y Los Andes, cuando las cuatro amigas regresaban a pie de bailar en el boliche “Santa Diabla”, un local nocturno ubicado en las inmediaciones, y se encontraban en una parada de colectivos. Allí, Denise Juárez (17) recibió nueve tiros y Sabrina Barrientos (16) cuatro, y ambas murieron en el lugar, mientras que Némesis (15) fue herida de tres balazos y Magalí de dos.