Sofía, la niña herida en el incendio que hace 15 días se produjo en el departamento de su familia, en el Barrio Luz y Fuerza -ubicado en el límite entre Adrogué y Burzaco- y que se cobrara la vida de su padre, Ariel, evoluciona “muy bien” de las heridas que le produjo el incendio, que le quemó casi la mitad de su cuerpo.
La bebé, que tiene alrededor dedos años, está evolucionando muy bien. Le sacaron los antibióticos y aunque le hacen curaciones de las heridas en el quirófano se las dejaron al descubierto para acelerar la cicatrización. “Ella es una nena muy luchadora”, dijo su tía sobre la niña internada en el Sanatorio Agote, de Capital Federal.
La preocupación de los médicos está dada en que la niña no se rasque la heridas, sobre todo las de la zona del abdomen, que son muy molestas. La recomendación médica es mantenerlas hidratadas, “pero los médicos están muy contentas con su evolución”, contó la tía de Sofía.
Entretanto, Laura, la madre de Sofía, ya despertó, se está alimentando por sus propios medios, puede hablar y está realizando los ejercicios de rehabilitación. Se desconoce si está informada respecto de la muerte de su esposo Ariel, que no resistió las heridas y falleció la semana pasada como consecuencia del incendio del departamento 27, donde vivía la familia.
El incendio se inició a la noche del 13 de enero por un escape de gas al que una chispa lo convirtió en un fuego incontrolable en el complejo de departamentos de avenida Espora y Falucho que los Bomberos no pudieron apagar porque Metrogas, la empresa proveedora del servicio, no sabía dónde estaba la llave de paso. Otra de las empresas involucradas es Edesur, porque la luz estaba cortada y cuando volció el servicio “de golpe hizo un cortocircuito”, y “como había una pérdida de gas en la vereda se prendió fuego todo en cuestión de minutos”, relató una vecina que presenció el hecho.