El gobierno de Donald Trump, en su segundo día hábil en funciones, emitió su primera medida “anti argentina”. Este lunes, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, según sus siglas en inglés) comunicó que suspende, por 60 días, la importación de limones argentinos.
La intención de la gestión es un clásico de Estados Unidos: tomar medidas para proteger la economía de su país, mediante la revisión de los permisos aduaneros. Esa decisión de suspensión por 60 días en su regla final para permitir la importación de limón fresco del noroeste argentino a los Estados Unidos va contra el permiso otorgado el 23 de diciembre de 2016 por la entonces administración de Barack Obama.
De ser mantenida la medida, los productores citrícolas de la provincia de Tucumán podrían recibir un duro golpe dado que estaban preparando la cosecha de unas 10.000 hectáreas para exportar este año al mercado estadounidense, tras 15 años de suspensión.
El reingreso al mercado norteamericano fue el resultado del negociaciones en el marco del Memorándum de Entendimiento firmado por el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, y la entonces secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, a principio de 2016. Ese entendimiento consiste en una plataforma de cooperación bilateral entre el Ministerio de Producción y el Departamento de Comercio de Estados Unidos en el que se intercambian mejores prácticas en sectores puntuales del gobierno, que ahora podría entrar en una etapa de revisión.