En la Iglesia Cristo para Todos, de Adrogué, recibirán a una familia formada por un matrimonio con dos hijos, como parte de una movida para alojar a más de 200 refugiados de Siria en iglesias evangélicas de Buenos Aires.
Desde que supieron la noticia, en la iglesia de Adrogué organizan charlas con la comunidad para hablar sobre cómo recibirlos. “Acá hay gente que habla árabe, por eso armamos un equipo de veinte personas, donde cada uno se reparte una actividad: idioma, comida, escuela, trabajo”, contó a Perfil el pastor Bernardo Afranchino.
“Una iglesia, una familia” busca alcanzar a por lo menos 200 personas que necesitan asilo. La iniciativa, que surgió a partir de un trabajo previo que venían haciendo en Medio Oriente, sobre todo con refugiados que escaparon al Líbano y Jordania, ya tiene 40 iglesias adherentes, y esperan que las primeras familias lleguen al país antes de Navidad.
Quienes vendrán son en su mayoría sirios que están viviendo en el Líbano, a la espera de pasaportes y permisos para emigrar a otros países.
“Nosotros trabajamos con un equipo en Beirut; ahí fue que tomamos la decisión de involucrar a las iglesias evangélicas argentinas, para que cada una pueda recibir a una familia de refugiados”, explica Alejandro Rodríguez, director de Juventud Con Una Misión (Jucum), organismo a cargo del proyecto. Cada institución que participa, sobre todo en el interior del país, se ofrece como “llamante” de una familia siria, de la cual se hará cargo por lo menos durante un año.
“Desde que pisan Ezeiza, nosotros asumimos la responsabilidad, sólo le pedimos al Estado que se ocupe de toda la cuestión del visado y el pasaje aéreo”, explica Rodríguez, quien tras pasar las fiestas en campos de refugiados en Europa, le comentó su intención de que las iglesias recibieran refugiados al papa Francisco, y cuyo aval fue clave a la hora de presentar el proyecto al gobierno nacional. “Nuestro compromiso con las familias es por un año, donde se les brinda vivienda, trabajo, educación y facilidades para aprender el idioma”, agrega.