La ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, recibió ayer los títulos de doctora Honoris Causa de las universidades de Quilmes y de Avellaneda. “Tenemos la razón y la razón, tarde o temprano, siempre gana, siempre vence”, aseguró frente a representantes academicos, dirigentes políticos y militantes que se acercaron a Quilmes.
La ex mandataria llamó nuevamente a “contar la historia de cómo es la inclusión, ayudar al otro, construir una educación y una salud para todos”, frente a lo que describió como “el momento más difícil para la región y para el mundo, en el que parece haberse impuesto un sentido común que va en contra de los intereses de las mayorías”.
Los encargados de entregarle en mano la distinción fueron los decanos de la Unqui y la Undav, Marino Lozano y Jorge Calzoni, quienes resaltaron las políticas educativas de los doce años de kirchnerismo. “El primer gesto de Néstor Kirchner como presidente para el mundo universitario fue haber tomado a las universidades públicas como consultores para las políticas públicas, desplazando al sector privado. Y el primer gesto de Macri, en cambio, fue dar de baja los convenios con universidades”, contrastó Calzoni, quien sostuvo que “durante el kirchnerismo, las universidades también se parecieron mucho a su pueblo”. Lozano, por su parte, apuntó a que “no hay calidad educativa sin inclusión, porque de nada sirven un grupo de intelectuales aislados de la realidad”, y elogió a CFK por “haber vinculado otra vez la universidad con las necesidades del pueblo”.
“Este premio no es a una persona, ni a una presidenta, es a las políticas públicas de un proyecto de país”, dijo CFK al recibir la distinción y frente a intelectuales y personas del ámbito académico criticó, además, el recorte en el presupuesto de 2017 para el área de ciencia y tecnología. “No podemos permitirnos una nueva fuga de cerebros”, pidió.