La inflación trepó al 46% promedio anual en junio para los asalariados, con un pico del 52,6% para los trabajadores de menores ingresos. El poder de compra del salario real se desmoronó un 9,9% desde noviembre.
Así lo arrojó este lunes el Índice de Inflación de los Trabajadores realizado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA). El CITRA es una institución de doble dependencia entre la UMET, el CONICET y más de 45 organizaciones sindicales, tanto de la CGT como de la CTA.
Sindicalistas como Horacio Ghilini (SADOP), Hugo Yasky (CTA), Sergio Palazzo (Bancarios), Rodolfo Daer (Alimentación), Roberto Baradel (SUTEBA), entre otros, participaron de la presentación realizada en esta Capital. Con duras críticas a la política económica del Gobierno de Mauricio Macri, los jefes gremiales advirtieron que las medidas oficiales del primer semestre “no hicieron más que impulsar la inflación a niveles récord” desde la salida de la convertibilidad.
“Los números de Inflación y desempleo se van a ir agravando en los próximos meses“, dijo el presidente de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), Edgardo Llano, al cuestionar la política antiinflacionaria del Gobierno.
Los gremialistas, informó el sitio El Destape, coincidieron en que uno de los datos que más preocupa es la caída del salario real: si se toman como puntos de análisis los meses de noviembre de 2015 y junio de este año, la cifra asciende al 9,9%. Este índice mide la capacidad adquisitiva del salario en función de una pauta de consumo que es la que caracteriza a los sectores trabajadores en general.
El aumento del costo de vida de los trabajadores fue motorizado fundamentalmente por el crecimiento de los precios de los productos de los sectores de alimentos y bebidas, vivienda y sus servicios, y de transporte y comunicaciones. Esos rubros aportaron el 65,4% del total de la inflación que sufrieron los trabajadores en junio, mes en el que se registró un alza en el costo de vida del 2,7% mensual.
El impacto de este aumento fue diferenciado según el nivel de ingresos, es decir, se registró una inflación mucho mayor entre los trabajadores registrados de menores ingresos respecto de los de mayores ingresos. La diferencia redundó en 25,3% de inflación para los que más ganan y 52.6% por ciento para los que cobran el Salario Mínimo, Vital y Móvil y niveles cercanos a los $ 8.000.