El Gobierno Nacional anunció la decisión de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras revisar su participación, según anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, con fuertes críticas al organismo.
En la habitual conferencia de prensa, el funcionario explicó: “El presidente Javier Milei instruyó al canciller Gerardo Werthein para retirar a la Argentina de la OMS. La misma se sustenta en las profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria durante la pandemia”.
“Hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad como por ejemplo con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que debería ser considerado un delito de lesa humanidad. Y el abandono de los principios esbozados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, lo que tergiversó el rol de esta institución y la puso en una senda equivocada”, expresa Milei en un video publicado en sus redes.
Lo cierto es que se trata de una idea en la que trabajaban en Casa Rosada, tal y que terminó de tomar forma con los recientes anuncios de presidente de Estados Unidos, Donald Trumpque anunció la retirada del país del organismo.
Que consecuencias tiene no formar parte de la OMS
De concertarse esta decisión afectará la gestión de la salud pública y afectará directamente a argentinas y argentinos, a pesar de que el vocero presidencial asegure que “esta medida no representa pérdida de fondo para el país ni afecta la calidad de los servicios“.
Así lo señaló la Fundación Soberanía Sanitaria, a través de un informe publicado en enero donde analizan las perspectivas de salud para el 2025. “Toda decisión de romper el compromiso con estas agencias tiene que pasar por el Parlamento para ser aprobada“, alertaron en el documento
La salida del organismo incluye la necesidad de replantear acuerdos clave como la compra de insumos o la participación nacional en consorcios internacionales para la adquisición de vacunas o medicamentos, actualmente legitimados por la OMS a nivel global y por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el ámbito regional.
Según indica la Fundación Soberanía Sanitaria, que Argentina deje la OMS y/o la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tendría las siguientes consecuencias:
- Dejaríamos de tener acceso al fondo rotatorio y estratégico que nos hace ahorrar millones en la compra de tecnologías e insumos sanitarios.
- Se perdería el estatus de Centros Colaboradores en laboratorios prestigiosos como el INCUCAI, Malbrán y la ANLIS. Esta situación traería la consecuencia de quedar fuera de las redes internacionales que mejoran nuestras prácticas (Argentina posee una serie de centros colaboradores que trabajan en red con otros centros de otros países, fortaleciendo las capacidades propias y manteniendo al país en altos estándares de calidad y reconocimiento internacional. Como ejemplo de esto, se podría perder el rol de los laboratorios especializados en argentina, en vigilancia internacional de agentes infecciosos).
- Podría llegar a desaparecer el Centro Nacional de Enlace del Reglamento Sanitario Internacional, lo que implicaría mayor dificultad para acceder a información en tiempo real sobre la circulación de agentes infecciosos y emergencias en salud pública.
- Desaparecería el apoyo a programas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, salud mental, materno infantil y vacunas, entre otros, lo que iría en detrimento a mediano plazo, en la calidad y sustentación de los mismos.
- Acabaría el apoyo a la estructuración de los servicios de salud y desarrollo de los recursos humanos en salud.
- Finalizaría la participación de funcionarios de salud y profesionales argentinos en las reuniones, proyectos, talleres y redes de trabajo internacionales, aislando a nuestro país de las actualizaciones en temas sanitarios y dificultando la financiación externa a programas y proyectos de salud que nos permitan una mayor calidad sanitaria.
- Ante otra pandemia, no recibiremos cooperación, que implicaría la ausencia de apoyo técnico directo, de apoyo para compra de insumos y equipos, para la contratación de personal, entre otras posibles utilidades.
- Debilitaría el abordaje de enfermedades raras o desatendidas siendo que no sólo se recibe colaboración técnica sino en muchas ocasiones también donación de medicamentos huérfanos.
En caso de desastres naturales u ocasionados por el hombre, no podríamos contar con el apoyo de las unidades especializadas de emergencia de la OPS, debiendo organizarse, sin el apoyo de equipos técnicos de emergencia y/o respuesta rápida y logística de insumos en salud.