La reconocida artista Luciana Jury, proveniente de una familia de artistas, entre ellos Leonardo Favio, se presentará en La Casa de Claypole, con su espectáculo SOL/A. Será el viernes a las 20.
-¿Con qué nos vamos a encontrar en tu vuelta a este hermoso lugar del conurbano, el próximo viernes?-Jury: Un show muy intimista, con mi guitarra y mi cuerpo para contarles un poco cómo estoy, qué estoy transitando, para saber si alguna de las personas que van a estar ahí se sienten identificadas con lo que a una le pasa.
–Venís de familia de artistas y, evidentemente, cultivaste a través de ella el amor por el arte. Más allá de los nombres icónicos de la cultura con los que creciste, tu padre Zuhair Jury y tu tío, nada menos que Leonardo Fabio; tu madre Marta Mantello tuvo mucho que ver en tu amor por la música.
-Sí, ella es cantora –cantante natural, la llaman– sin pretensión de hacer ningún camino, digamos; canta y canta precioso. Pero, además, es una mujer que me ha sembrado música muy hermosa a lo largo de toda mi vida. Sobre todo, mucho folclore latinoamericano y autores de su tiempo de folklore argentino. Gracias a ella descubrí a Raúl Carnota o al “Cuchi” Leguizamón, por ejemplo. Además es una gran lectora y locutora, así que me llevó por la senda de la radio también. Mi vieja es una pata fundamental en mi camino con la música.
“La Jury” editó 7 discos a lo largo de su carrera, tres de ellos en colaboración con Gabo Ferro, Carlos Moscardini y Milagros Caliva. Su disco “Abrazo” fue galardonado con el Premio Gardel al Mejor Álbum de Folklore en 2021. En 2015 fue premiada por la Fundación KONEX con el Diploma al Mérito como una de las Voces Femeninas de la Década. En 2017 recibió la Mención Especial del Festival Nacional de Folclore de Cosquín.
En su repertorio aborda la música de raíz eligiendo una amplitud de géneros, pasando por el folklore argentino, tangos, boleros, valses peruanos, cuecas chilenas, joropos, entre otros, provocando la emoción de la audiencia, que queda atrapada bajo el embrujo de su voz.
-Escucharte es siempre una experiencia muy particular y única. Sos dueña de un estilo inconfundible que produce una conmoción en quienes asistimos a tus presentaciones e inquieta hasta las fibras más íntimas. ¿De dónde viene esa impronta y ese estilo que ponés en tu arte?
-No sé. Creo que podría cometer un acto de vanidad y decir que puedo llegar a ser parte de un movimiento de folklore conurbano o de música popular conurbana. No obstante, el folklore, no lo voy a negar, es mi camino. Mi huella más fuerte es el mundo de los formatos más estrictamente folklóricos; pero asimismo siento que el folklore para mi es una materia muy maleable. O sea, no hago solamente folklore, chacareras y zambas; puedo pensar en otras formas musicales que van por fuera del folklore, ponerle raíz y volverlas folklóricas. De alguna forma esto me hace abrir el repertorio y correrme de cualquier género, y poder abordar
la canción que se me antoje con total libertad. Una libertad un poco caprichosa. Me parece que todo esto tiene que ver con una forma de hacer conurbana. O sea, los conurbanos estamos inmersos en todas las músicas de la Argentina y de Latinoamérica, y también escuchamos lo que nos viene desde afuera. Entonces siento que es muy difícil clasificarme, porque también es difícil clasificar a la identidad conurbana.
-En ese recorrido ¿tenés referentes? ¿De dónde viene esa impronta y ese estilo que pones en tu arte?
-Escuché mucha música que me ha conmovido y que me provoca cosas en el cuerpo, pero no tengo nombres propios en el camino de la música. Tengo las canciones y soy casi medio irrespetuosa con su tratamiento. Claro que existen autores que me gustan mucho, como por ejemplo “Chango” Rodríguez (autor de Luna Cautiva, De mi madre, De Alberdi), que es como el Maradona del Folklore. Pero también me gustan mucho las canciones anónimas. Justamente esas que se corren del nombre propio. O sea, a mí me importa mucho la canción, el relato más que la de la persona que la hizo, aunque obviamente soy muy agradecida con el compositor.
–Este viernes te presentás en el Espacio de Debate y Cultura LA CASA. ¿Es tu segunda visita a Claypole?
-Sí, estuve por allí en el 2018, una hermosa experiencia. La pasé muy bien, el lugar es precioso. Sé nota que el equipo de gente que está a cargo del lugar cuida mucho el espacio y es gente muy amorosa. Hacía un tiempo que no iba para allá y tenía ganas de visitarlos.