Subir la tarifa, aumentar los subsidios o bajar las frecuencias. Esas eran las tres opciones puestas sobre la mesa en la reunión que este jueves mantuvieron el Ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, y los directores de varias de las cámaras que representan a los dueños de los colectivos del área metropolitana, tras la cual se decidió que en el corto plazo, la tarifa de transporte urbano aumente a 77 pesos en el AMBA. Además, se mantendrá el actual sistema de subsidios que, seguramente, también será incrementado hasta que empiece a regir el nuevo cuadro tarifario.
El cálculo que hicieron desde Aaeta indicó que en enero próximo, sin la subvención estatal, el precio del boleto podría llegar a 1.000 pesos. “Hacemos esta cuenta: hoy el boleto promedio es de $40 (considerando descuentos para jubilados, estudiantes y demás) + $360 de subsidios, lo que da un total $400. Pero si sumamos el atraso por inflación, que viene desde agosto, deberíamos hoy mismo tener un valor total de $800 (tarifa más subsidios), que en enero puede llegar a ser de $1.000, debido a la inflación que estamos teniendo en diciembre”, explicaron desde la asociación.
Así, el boleto mínimo pasará a costar 76,92 pesos para el tramo inicial y se convocará a Audiencia Pública. “Se van a reconocer mayores costos por combustible e insumos en general”, aseguraron fuentes oficiales quienes remarcaron que hoy el 91% del precio está financiado por el Estado.
Ese aumento sería inminente. Además, se podría aplicar el de diciembre, una vez que en enero se publique el indicador de inflación que realiza el Indec. Si las estimaciones privadas se confirman, el primero de febrero volvería a subir tanto como suban los precios en este mes; entre 20 y 30%.
Eso, claro, se daría, si en el Gobierno mantienen el sistema de aumento tarifario previsto por ley. Pero bien podría apartarse del procedimiento con algún artilugio regulatorio. Parece difícil, pero podría suceder.
En la reunión, además de Ferraro, estaban los funcionarios postulados pero no designados Juan Ordoñez (Jefe de Gabinete de la cartera) y el secretario de Transporte, Juan Moguetta. Toda una particularidad lo que ocurre en Infraestructura que no tiene secretarios designados por decreto y con capacidad formal de gestionar y firmar.
Lejos de que la charla discurra por algún reproche mutuo, los transportistas y los funcionarios mantuvieron siempre el diálogo con el objetivo puesto en superar la coyuntura, que se complicó estos días con la caída de las frecuencias que, en algún momento, llegaron a 50%. Todos salieron con la idea que empieza un camino que terminará en reconocer los costos de la operación, llevar la tarifa a ese monto y, en su caso, será el Estado el que decida subsidiar a los usuarios que desee.
Había temas urgentes. Por caso, los subsidios se pagan con un cronograma que establece que el 50% se abona en la primer semana del mes; el 30% restante, la tercera, y el saldo (20%) a mediados del próximo. Es decir, en estas horas se debía depositar ese tercio del total que se devengó a principio de este mes. Los funcionarios confirmaron que las planillas ya se remitieron al banco y que mañana se depositará ese importe. La que viene, llegará el 50% de enero y con eso, los sueldos de este mes están asegurados.
Como contrapartida, los transportistas se comprometieron a mantener un esquema de frecuencias de emergencias, pero regresar a la mayor cantidad de colectivos en la calle.
El inicio de un nuevo esquema
Los funcionarios, los nombrados y los que están de hecho, fueron prolijos a la hora de no deslizar el monto que tendrá en estos días el boleto de colectivos en el área metropolitana. Pero, a diferencia de otras veces, entendieron que la ecuación boleto más subsidios es igual al 50% del costo de la operación. Ese detalle no es menor ya que hubo varios interlocutores oficiales que tomaron posturas a la defensiva. Se agradece, decían los transportistas.
Otra de las cosas que irremediablemente sucederá será la búsqueda de una tarifa más equitativa entre las que se cobran en el interior y las que paga el área metropolitana. Casi un susurro al oído del gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, un funcionario que se caracteriza por definir a “ustedes y nosotros” a la hora de hablar de los porteños y los habitantes de su distrito, que no sólo colocó a un alfil como secretario sino que además, inscribió su tema en la agenda nacional.