Dos mujeres y dos hombres fueron procesados con prisión preventiva acusados de integrar una banda de estafadores que drogaba y robaba a varones que eran seducidos por chicas a través de aplicaciones de citas y que luego vendía los objetos sustraídos a través plataformas digitales, informaron fuentes judiciales. A la banda se la acusa de dos hechos cometidos contra dos hombres, uno domiciliado en el barrio porteño de Barracas y otro en Don Orione, partido bonaerense de Almirante Brown, en enero y septiembre de este año, respectivamente.
Los procesamientos fueron dispuestos por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 4, a cargo de Martín Yadarola, y alcanzaron a Yamila Aramayo, Natalia Morinigo, Leandro Lavia y Néstor González, a quienes se les imputan los delitos de “asociación ilícita en concurso real con robo reiterado”.
El juez Yadarola les atribuye a los cuatro “haber integrado una organización “dedicada a concretar una pluralidad indeterminada de delitos, principalmente contra la propiedad, que incluyen la disposición de armas de fuego, piezas y municiones, y sustancias psicotrópicas.
“A través de la investigación desarrollada hasta el momento, se puso en evidencia que la referida agrupación operaba principalmente desde esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la localidad de Ezpeleta, partido de Quilmes”, indica la resolución a la que tuvo acceso Télam.
“La agrupación presentaría un alto grado de organización y coordinación para concretar las acciones delictivas en cuestión, verificándose en la mayoría de los casos un actuar conjunto y con distribución de roles en los desapoderamientos con un mínimo de cuatro integrantes”, dice el fallo.
La banda operaba siempre de la misma manera: las mujeres contactaban a hombres por aplicaciones de citas, pactaban ir a sus casas y, una vez allí, los drogaban con sustancias que les colocaban en las bebidas.Una vez que la víctima perdía el conocimiento, entraban en escena los hombres de la organización, junto con quienes se apoderaban de dinero y objetos de los damnificados.
La clave para lograr las detenciones fueron las escuchas telefónicas que se ordenaron en el marco de la causa, en las que uno de los sospechosos dice: “La llevo a lo del damnificado, lo engatusa, lo duerme y voy”.
“Yo con esta piba estamos haciendo ‘un pollo’ (un robo). O sea la traigo a mi casa, se cambia, la llevo a lo del damnificado, la dejo dos cuadras antes, baja, lo engatusa, lo duerme, me manda la ubicación y voy”, explica uno de los acusados en otra de las escuchas realizadas en el marco de la causa.
Los arrestos de los acusados se llevaron a cabo el mes pasado estuvieron a cargo de la División Sustracción de Automotores y Autopartes de la Policía de la Ciudad, quienes hallaron a los sospechosos luego de siete meses de investigación. Las fuentes dijeron que una vez que lograban desapoderar de objetos a sus víctimas, la banda los vendía a través de las redes sociales.
Un ejemplo se dio en una de las conversaciones, donde una de las estafadoras señala que le ofrecieron 300.000 pesos por una consola de videojuegos y aconsejó a sus cómplices darle 80.000 pesos a un colaborador que la ayudó a revenderla.Para lograr la detención de los sospechosos, Yadarola ordenó cuatro allanamientos: tres en casas del barrio de Barracas, sobre la avenida Iriarte al 3500 y 3600; mientras que el restante se realizó sobre la calle Albert Einstein al 4800, en Ezpeleta.
En esos procedimientos, fueron detenidos los cuatro ahora procesados, mientras que se secuestró un blíster de clonazepam, uno de Asolmicina Dox, dos tiras de Rivotril, siete recetas para la compra de psicofármacos y más de 100.000 pesos.
En los allanamientos también se incautaron una decena de celulares, un posnet para transferencias electrónicas de tarjetas de crédito y débito, un auto Volkswagen Gol verde y un bolso con vivos verdes y blancos requeridos por la manda judicial, por haber sido identificado en alguno de los hechos.