Dulce o amargo, con limón o naranja, con menta o burrito, con poleo o cedrón, con peperina o coco rayado. Frío o caliente, pava al fuego o pava eléctrica, en mate de calabaza o mate de silicona, de madera o de acero inoxidable. Cualquier opción vale para hacerle honor a la única costumbre capaz de unirnos: tomar mate. Porque es algo más que una infusión: es compartir, es frenar el vértigo para darse a la charla, es entregarse también a un momento de reflexión.
El Día Nacional del Mate se celebra cada 30 de noviembre como reconocimiento a la infusión que se consume en la mayoría de los hogares argentinos y por eso forma parte de la esencia argentina. A través de la Ley 27.117 se estableció en honor al caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, el popular “Andresito”, impulsor de la producción y distribución de la yerba mate y único gobernador indígena que hubo en el país.
Su origen se remonta a los pueblos guaraníes, que usaban las hojas del árbol como bebida, objeto de culto y moneda de cambio. Durante las largas travesías por la selva, los conquistadores españoles notaron que los guaraníes tenían mayor resistencia luego de tomar esta bebida sagrada.
Desde entonces, el mate es un compañero inseparable. Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) se consume un promedio de 6,4 kilos por habitantes por año y la yerba mate está presente en más del 90 por ciento de los hogares.
Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), “Andresito” consideraba a la yerba mate un elemento central del aparato productivo por lo que buscó centralizar su cultivo y comercialización en mano de los guaraníes.
Yerba mate con palo (mates más suaves)
Si queremos disfrutar de un mate suave, la yerba mate tradicional (con palo) es una buena opción. En promedio, las marcas del mercado tienen un 70 % hojas secas y trituradas y un 30% de palo. Según el Código Alimentario Argentino, tiene que tener al menos un 65% de hojas desecadas, rotas o pulverizadas y no más de un 35 % de palo.
Yerba mate despalada (mates más intensos)
Para los que gustan de un mate más fuerte, duradero y de sabor intenso, la opción es utilizar la yerba mate sin palo.
Yerba mate compuesta
Contiene hierbas como el boldo, tilo, manzanilla, poleo (entre otras). A las propiedades antioxidantes y energizantes de la yerba mate, se suman las propiedades de las hierbas naturales.
Yerba mate saborizada
Para los que prefieren ir cambiando los sabores y no gustan de los mates amargos e intensos, pueden encontrar en las góndolas una amplia variedad de yerbas elaboradas con esencias naturales y sabores que van de los cítricos (pomelo, limón, naranja) a los exóticos como frutos del bosque y tropicales.
Yerba mate para tereré
Para su elaboración, se utiliza yerba mate con una molienda más gruesa. El tereré es una bebida típica del Paraguay y del litoral de la Argentina. Se toma con agua fría o jugos naturales.
Yerba mate orgánica
Para su elaboración se tiene en cuenta el cuidado del medio ambiente. Desde la siembra hasta la cosecha, se evita la utilización de agroquímicos.