El Concejo Deliberante de Almirante Brown declaró Ciudadano Ilustre a José Ignacio López, quien fuera vecino de José Mármol y vocero presidencial durante la gestión de Raúl Alfonsín, en el marco de los 40 años de democracia. López, de 86 años, pasó a la historia por ser uno de los pocos periodistas que enfrentó al dictador Jorge Rafael Videla y le preguntó por los desaparecidos y los detenidos sin proceso. Los militares le pusieron una bomba en su casa de José Mármol.
En 1979, José Ignacio López enfrentó a Videla para preguntarle sobre los detenidos sin proceso y sobre los desaparecidos, intentando saber qué iría a responderle Videla al Papa luego de que el representante de la Religión Católica se expresara públicamente sobre el tema.
En esa conferencia de prensa, el dictador que fue cabeza del golpe de estado de 1976 lanzó otra vez la teoría de que el plan por el cual asesinaron a 30 mil personas era una guerra (equivocando que una guerra enfrenta a un estado con otro y no a un estado contra organizaciones políticas), dice que él no debe contestarle nada al Papa porque el Papa no habló específicamente de la Argentina y habla sin ponerse colorado sobre los derechos humanos.
Videla deja la pregunta a medio responder y López repregunta. Allí lanza su famosa frase. “Un desaparecido no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido”. Fue la única vez que habló en público sobre el tema.
López sufrió luego de eso el rigor de la dictadura: “Miedo teníamos todos. Habían puesto una bomba en mi casa de José Mármol, en el ’76. Fue el 10 de noviembre. Mi mujer y yo no estábamos, pero sí mis cinco hijos. ¿Por qué la pusieron? No sé, supongo que fue porque me hacían figurar como tercermundista de la Iglesia, un marxista infiltrado. Yo escribía el panorama religioso sin firma en La Nación. También lo hice en el diario La Opinión, donde además hacía comentarios de tipo político, y en Clarín.
La pregunta de José Ignacio López. https://www.youtube.com/watch?v=ueFt60NGZoc
López y su idea del periodismo
López entró en 1961 a La Nación “en calidad de aspirante”. Había egresado del Instituto Grafotécnico. “En esa época las redacciones no querían saber nada con los estudiantes de periodismo. En realidad, el periodismo no se estudiaba y el Grafotécnico fue la primera escuela. Había sido creada en 1934.”
-¿Periodista se nace o se hace?, le preguntaron en el diario Clarín.
-Las dos cosas. Por más formación que tengas, no sé si podés ser periodista sin esa llamita…
-¿Sin curiosidad?
-Sin vocación. Cuando tenés vocación es un placer, porque no te das cuenta de que estás trabajando.
El llamado de Alfonsín
“El llamado de Alfonsín para trabajar con él fue la sorpresa de mi vida. Pensé que no me conocía”, contó López en una entrevista reciente.
“La honestidad, el cumplimiento de las reglas mínimas, el chequeo, la confianza en las fuentes. Yo creo que ahora hay que replantearlo todo. Como periodistas nos debemos una reflexión para poder cumplir debidamente con el derecho a la libertad de expresión.
-Los que saben dicen que usted es el periodista más respetado por sus colegas. ¿Esto tiene que ver con aquella pregunta a Videla o por su desempeño como primer vocero presidencial de la democracia en el gobierno de Raúl Alfonsín?
-Yo creo que lo de la pregunta a Videla ayuda. Cuando fui vocero, nadie sabía lo de la pregunta. Y yo no sacaba pecho. Alfonsín quizás sí debía saberlo, la verdad que no sé: jamás hablé con él de esa pregunta. Pero leí en un libro de Pablo Gerchunoff que en el ‘79 Alfonsín ya había comentado algo acerca de tenerme cerca. Después me llamaron. Yo he contado, y sigo contando, que el llamado de Alfonsín a trabajar con él fue la sorpresa de mi vida. Pensé que no me conocía, pero resulta que no era tan así: Raúl me tenía porque yo estaba con Magdalena Ruiz Guiñazú en Radio Continental.