A las ocho mujeres que denunciaron situaciones de abuso sexual contra el ginecólogo Diego Javier Clementi, de Burzaco, se sumarán otras 15 denunciantes y en conjunto se concentrarán el miércoles desde las 9 en las puertas de los Tribunales de Lomas de Zamora, en Banfield, para pedir la detención del médico.
Pese a las primeras seis denuncias por las que el ginecólogo recibió declaración indagatoria en octubre del año pasado más las dos denuncias recientes que están en pleno trámite, el acusado siguió atendiendo en el Centro Médico de la Mujer de Burzaco. Esas denuncias por las que está acusado de abuso sexual Clementi datan entre el 2017 y 2022. A raíz de la difusión del caso, más mujeres se animaron a contar las situaciones de abuso que sufrieron por parte del ginecólogo.
Como se sabe, la clínica donde Clementi atendía cerró el viernes pasado y dejó de entender pacientes. Para las víctimas esto no es suficiente ya que el motivo principal de la marcha a realizar es también el pedido de detención del ginecólogo.
El reclamo de un protocolo de atención ginecológica
Ante esta situación, muchas mujeres reclaman un protocolo de atención ginecológica básica para prevenir abusos, el cual permita conocer de antemano en qué consiste cada procedimiento, elegir entre las opciones disponibles así como recibir un trato respetuoso sería “de suma utilidad”, aseguraron especialistas consultadas por Télam.
Médicas ginecólogas conversaron con ese medio y puntualizaron que el protocolo debería prever que las pacientes puedan contar con un momento de privacidad para desnudarse, luego con una bata descartable para cubrirse, con la seguridad de que el profesional explorará sus genitales con guantes de ser necesario y con la firmeza de que en cualquier momento de la consulta, la paciente puede decir ‘esto yo no quiero’.
Indicaron también que en algunos casos es posible hacer la palpación de mamas con la bata puesta o reemplazar el tacto vaginal por estudios de imágenes siempre bajo consentimiento informado.
En la actualidad, solo existen guías de parto respetado para prevenir la violencia obstétrica -que no siempre se cumple-, así como también lineamientos para la atención integral de la salud en caso de violencia de género, pero aún no hay protocolos para la atención ginecológica.