Es poeta, es escritor y es también dramaturgo. Se llama Pablo Andrés Rial, y desde que tiene tan solo 13 años, se dedicó a escribir poemas que al poco tiempo fueron publicados en un diario de Longchamps, de donde es oriundo. Ahora acaba de publicar su poemario “La casa de barro” a través de una editorial independiente de Santa Fe (Ediciones Arroyo) y se prepara para publicar sus poemas en Brasil y México.
El valor agregado de los poemas de Pablo es que son publicados por una editorial que convierte basura plástica en material reciclable, o sea que convierte el horror en maravilla. Además, comenzó a trabajar con la editorial brasileña Ópera Editorial que le publicará un nuevo poemario titulado “Aves desplumadas”, con traducción al portugués. Además, otro de sus poemarios llamado “Forzado a viajar” será publicado por una editorial mexicana Paserios Ediciones.
“Se me cayó el frasco de mermelada/Hubiera querido decir “lo siento” pero pasó. Lo levanté roto, lo tiré a la basura y fuimos a comprar otro/y pensé que a veces el impacto te salva de que herido te consuman”, escribe Pablo en “La casa de barro”.
“Aves desplumadas”, con poemas de Pablo traducidos al portugués y “Forzado a viajar” serán publicados también durante el transcurso de este año en México.
Hoy Pablo tiene 38 años y sigue viviendo en este Longchamps de sus amores: desde aquí proyecta su obra poética, es la ventana de la cual puede mirar el mundo. “Tengo un sentido de pertenencia a mi barrio. Camino por las calles de Longchamps y siento el aire a barrio que hay acá. Le tengo un amor muy grande a mi ciudad”.
A sus 17 años y a cumplirse el aniversario de Longchamps, sus escritos fueron publicados en una antología llamada “De buena lluvia”, cuya organización estuvo coordinada por la Biblioteca Atahualpa Yupanqui, y luego declarados de interés cultural. Ahora, su obra brota en Santa Fe y pronto lo hará en Brasil y México, como para darle la razón a un colega suyo, Nicolás Guillén, con aquella frase de había que estar “con las raíces en la tierra y las ramas a los cuatro vientos”.