La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, falleció hoy en La Plata como consecuencia de una serie de enfermedades crónicas que en las últimas semanas se agravaron.
Alejandra Bonafini, hija de la histórica dirigente, contó que Bonafini falleció a las 9.20 y agradeció las “demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación” que había recibido su madre tanto en “estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata como en toda su trayectoria militante”.
La lucha de Bonafini fue tenaz, firme y decidida. Madre de Jorge Omar y Raúl Alfredo, secuestrados y desaparecidos por la dictadura cívico militar, contó hace poco que “desde que ellos desaparecieron nunca pensé más en mí”.
Contaba que sus padres y su abuela le habían enseñado “el valor del trabajo” mientras que sus hijos desaparecidos le enseñaron “lo que es la política”. Bonafini había nacido en un barrio obrero de Ensenada y hubiera cumplido 94 años el 4 de diciembre próximo.
“Si los delitos de lesa humanidad no prescriben, la resistencia tampoco”, había dicho Hebe.
Con la emoción siempre a flor de piel, sin pelos en la lengua, Bonafini se construyó como una dirigente fundamental de los derechos humanos a partir de levantar siempre la bandera de la resistencia, con posiciones que le valieron críticas de un lado y del otro del espectro político.
Sin especulaciones, entrando de lleno en sus propias contradicciones, sin corrección política, combativa hasta el último de sus días, Hebe fue también símbolo para las juventudes de los años 80 y 90, convocándolos a las marchas cada 24 de marzo, organizando recitales multitudinarios y dando siempre una mirada hacia el futuro, con coraje y sin bajar nunca sus banderas.