Viajar al tiempo en el que el tren fundaba pueblos y vidas y, en particular, a aquellos viajes en los cuales trasladaba espectáculos circenses hasta los lugares más recónditos de la Argentina del siglo XIX son las propuestas centrales del ciclo “EnTrentenerte”, que reúne en la vieja estación ferroviaria de Mar del Plata al Tren Museo de Trenes Argentinos y el circo del “Bicho” Gómez que despierta a diario el interés de centenares de residentes y turistas.
En el siglo XIX y con sus 47.059 km de vías, la red ferroviaria argentina llegó a ser una de las más extensas del mundo, y aún hoy, pese a que muchos ramales están en desuso, sigue siendo la más extensa de Latinoamérica. El ferrocarril era entonces el medio de transporte más rápido, seguro y confortable. Posibilitaba además que muchos pueblos no quedasen incomunicados a causa de la lluvia, en un tiempo en el cual había pocas rutas asfaltadas y la mayoría de los caminos eran de tierra.
Fue en uno de esos pueblos del interior profundo argentino, donde un maquinista observó un día, junto a la estación, una enorme carpa de circo, rebosante de luces y maravillado por lo que veía, le dijo al dueño que debía llevar ese espectáculo por todo el país.
Fue así como desde ese momento, ese circo y otros tantos, recorrieron el territorio nacional a bordo de los trenes de entonces. Y esa conjunción se ve hoy revivida por el ciclo “EnTrentenerte”, el cual plantea una muestra a lo largo de los nueve vagones del Tren Museo, así como asistir al circo del “Bicho” Gómez, el espectáculo diario con funciones de 45 minutos que encabeza el comediante Marcos Gómez.
El espectáculo circense narra la historia en la cual los circos viajaban en trenes de ciudad en ciudad, donde desplegaban sus grandes carpas y una paleta de atracciones. Desde el 14 de enero, lo que es la segunda edición del ciclo, se encuentra en Mar del Plata, donde permanecerá hasta el 13 de febrero.
El tren tiene nueve vagones . En los dos primeros coches, están dedicados al programa Recreo, de la provincia de Buenos Aires, una nueva forma de conocer los diversos atractivos de los destinos turísticos de los 135 municipios.
Juegos interactivos, una caminata virtual por distintos lugares de la provincia, un espacio para dibujar, jugar juegos de mesa o tocar los timbales (instrumento de percusión), constituyen el regocijo de grandes y chicos.
El tercer vagón del convoy viajero, está dedicado a la Casa de la Moneda, donde se expone en un audiovisual, la historia de la moneda en el país y se exhiben piezas de estampillas, monedas y billetes.
El cuarto vagón es una de las principales atracciones: contiene el coche cine que recorría las vías patagónicas en el recordado Expreso Arrayanes, uniendo Buenos Aires con Bariloche. Allí, en un video de ocho minutos, se desglosa gran parte de la historia del ferrocarril, pasado, presente y futuro.
La unidad, fabricada en Japón por la empresa Hitachi en 1962 como coche Pullman, fue refaccionada y convertida en cine en 1968 en talleres argentinos y allí se filmaron escenas de la película “El Profesor Patagónico”, protagonizada por Luis Sandrini.
Hoy la proyección del video se realiza con tecnología digital moderna, pero aún se conserva en el vagón, el viejo proyector.
El quinto coche es otra de las estrellas de la muestra: el coche presidencial, que utilizó Juan Pablo II para viajar a Luján durante su visita a la Argentina en 1982. Una unidad fabricada en 1950 en los Países Bajos, que cuenta con aire acondicionado, calefacción central, unidades de comunicación en todas las habitaciones, una sala de estar y otra de reuniones y detalles en las paredes de una increíble belleza.
El sexto vagón es uno de los tradicionales “Pullman”, un coche donde los detalles de confort, eran todo un adelanto para la época.
En tanto que el sexto coche, un CT 1517 fabricado en la cordobesa Materfer, fue adaptado específicamente para exponer parte del acervo del Museo Nacional Ferroviario, un recorrido por la historia con piezas que nos retrotraen a un pasado de esplendor de los ferrocarriles.
Finalmente, el octavo vagón es el salón bar, que viajaba con el expreso El Libertador, el cual unía Retiro con Mendoza. El noveno integrante del convoy es el coche furgón que encierra toda la logística y no está habilitado para visitas.
Una vez recorrido el tren, los visitantes se dirigen al circo, aunque algunos hacen el recorrido inverso o utilizan dos días, uno para cada espacio. Según explicó a Télam Manuel Santos, encargado de relaciones institucionales del circo e integrante del elenco, el espectáculo tiene una duración de aproximadamente una hora, que es la mitad del espectáculo normal, “ya que lo hemos adaptado a este ciclo con el Tren”.
Son 20 personas sobre el escenario que desarrollan un espectáculo de malabarismo, acrobacias con cama elástica, de piso, con la hamaca rusa, trapecios y los infaltables payasos, todo bajo la dirección general del Bicho Gómez.